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MUNDIAL 2010 | FÚTBOL

Suráfrica necesita ayuda extranjera para organizar el Mundial de fútbol 2010

En algunos lugares como Ciudad del Cabo todavía no han comenzado las obras de construcción y remodelación de los estadios

Las autoridades de Sudáfrica han reconocido que para organizar la Copa Mundial de Fútbol del 2010 necesitan que lleguen empresas extranjeras a causa de la carencia de personal con la suficiente capacidad técnica. Así de tajante lo ha expresado un alto funcionario del Ministerio de Finanzas, Malcolm Simpson, quien ha acusado la falta de recursos humanos del país.

"Dado el problema de carencia de personal cualificado, nos gustaría que vinieran más empresas extranjeras para participar en las licitaciones de proyectos del 2010", ha afirmado. Simpson, subdirector general encargado de las finanzas del Mundial, ha dicho en una sesión en el Parlamento que varias empresas extranjeras ya se han registrado en el consejo que aglutina a las empresas de construcción.

Sudáfrica, ha explicado el alto funcionario, tiene sólo seis grandes compañías de construcción, por lo que se hace difícil para el Gobierno una competencia de precios entre ellas para conseguir los mejores contratos. "Si traemos compañías extranjeras crearemos más competencia entre los constructores y eliminaremos los retrasos ligados a la negociación de precios", ha agregado.

Se esperaba que en enero comenzarían los trabajos de remodelación y construcción de los estadios que son necesarios para el Mundial, pero en algunos lugares, como en Ciudad del Cabo, todavía no han comenzado, por dificultades ligadas a la financiación.

Uno de los problemas que tiene Sudáfrica en su masa laboral es la carencia de personal con la suficiente capacitación técnica por la falta de formación de la mayoría negra durante el régimen del "apartheid" (segregación racial), que terminó a fines de los años ochenta. A ello se ha unido, más recientemente, la emigración de centenares de miles de blancos que han buscado oportunidades de trabajo en otras naciones al sentirse desplazados en el mercado laboral de Sudáfrica, que privilegia a la población negra.

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