Resbalón inoportuno
El Atlético ve cortada la racha de victorias que había comenzado dos semanas atrás tras empatar en casa con el colista de la categoría
El encuentro se decidió tras una desafortunada acción del guardameta visitante, que hasta ese momento estaba realizando un encuentro sobresaliente
El Atlético ve cortada la racha de victorias que había comenzado dos semanas atrás tras empatar en casa con el colista de la categoría, en un partido en que la excelente actuación del guardameta visitante
Javier Aguirre repetía sistema, el clásico 4-4-2, que tanto le ha pedido la afición durante todo el año y que tan buenos resultados le ha dado en las dos últimas jornadas. Tercer partido consecutivo con la pareja Torres-Agüero en punta. Tres goles en dos partidos entre ambos, y una mejora sustanciosa en el juego ofensivo del equipo, aunque esto último es más achacable al abandono del trivote.
El conjunto local comenzó el choque avasallando a su rival. Sin el empuje habitual de la grada del Calderón, no porque a la incansable afición atlética le faltaran ganas, sino por la cantidad de asientos que se podían encontrar en la grada (quizás tenga algo que ver la odisea que supone, a nivel de transportes, desplazarse al estadio del Manzanares), el conjunto colchonero fue perdiendo pronto esa agresividad inicial, que no el dominio del balón.
Poco a poco la Real se adentraba en el terreno rojiblanco, aunque con el miedo habitual de quien padece la necesidad imperiosa de andar con pies de plomo, y no dejar nunca la retaguardia descubierta. Con miedo y todo, la Real se adelantó sorprendentemente en el marcador gracias a un balón colgado por Jesuli desde la izquierda que remató al fondo de la portería Gari Uranga.
El Atlético no perdió la cabeza con el tanto realista, pero mucho menos lo hizo su rival, tremendamente ordenado atrás y con un Jesuli con libertad de movimientos que dejaba continuas muestras de su calidad. El público comenzaba a tomarla con su equipo y principalmente con el árbitro, quien por cierto perdonó la expulsión a Maniche por una durísima entrada a Garitano a cuatro minutos del descuento. Y se conoce que el colegiado se sentía condescendiente, ya que también castigo con amarilla una falta de López Rekare a Galletti cuando encaraba a Bravo. El lanzamiento de Antonio López fue detenido entre Bravo y el poste, llegando de este modo al descanso.
La segunda parte comenzó como termino la primera, con una falta peligrosísima a favor del Atlético, que esta ocasión lanzó Pernía, y desvió Bravo, golpeando el balón el larguero para terminar saliendo por encima de la portería.
El Atlético continuaba embistiendo contra su rival, aunque cada vez se notaban más las prisas, los nervios, y al juego ofensivo rojiblanco le faltaba un plus cuando se acercaba al área de un soberbio Bravo. Para intentar solucionar la situación, Aguirre dio entrada en el minuto 57 a Mista en sustitución de Pernía. Ocho minutos después, en vista de la falta de mejoría, Jurado sustituyó a Maniche, que celebró el cambio con una agresión en toda regla a una de las botellas que pueblan las lindes del banquillo.
Antes de que se cumpliera la primera media hora del segundo período, la Real ya se encontraba completamente arrinconada en su campo, pero muy ordenada, con las líneas muy juntas y la defensa todo lo adelantada que le permitía el acoso del rival. Por su parte el Atlético ponía corazón, la cosa no estaba para más. Galletti y Seitaridis eran los que más peligro llevaban, siempre por la derecha, y un centro del griego terminó en el gol del empate. Ansotegui introduce el balón en su portería tras un inoportuno resbalón de Bravo, cuyo partidazo quedaba algo ensombrecido.
De ahí al final el Atlético buscó el área rival con la verticalidad lógica que traen las urgencias del reloj, sin poder conseguir resultado alguno.
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