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Crónica:COPA DEL REY
Crónica
Texto informativo con interpretación

Gudjohnsen aleja fantasmas

El islandés logró los dos goles del Barça, el segundo de ellos en fuera de juego. El Badalona, que marcó gracias a un dudoso penalti, ofreció una buena imagen

El Barcelona no mejoró su juego, pero logró reencontrarse con la victoria después de las dos decepciones vividas contra el Chelsea y el Real Madrid.

La Copa del Rey es una competición despreciada y temida a partes iguales por los clubes grandes. Despreciada porque no les interesa en absoluto y sólo ponen interés en este torneo cuando están en semifinales y empiezan a oler la final y un posible título. Y temida porque ser eliminados por un conjunto de Segunda o Segunda B entienden que es una humillación innecesaria. Por eso han puesto todos los medios para disputar sus eliminatorias a doble partido, lo que ha acabado con las ilusiones de los modestos, que ven una empresa casi imposible eliminar a un grande. En resumen, el interés de rondas como los dieciseisavos es nulo. Por decir algo.

Disfrutan de estos encuentros de ida conjuntos modestos como el Badalona, que mandó en el primer tiempo, con acciones de mérito, nunca perdió la cara al choque y en ningún momento se asustó por tener delante al Barcelona.

Frank Rijkaard volvió a mover sus piezas para intentar revitalizar a un equipo que venía de sufrir dos importantes revolcones, pero las variaciones tácticas no terminaron de mejorar a un grupo que camina rodeado de dudas. Pese a las rotaciones, el holandés no se la jugó en defensa y presentó un cuarteto formado por Zambrotta, Puyol, Oleguer y Van Bronckhorst, con Jorquera en la portería. Salvo el portero, que fue el mejor de su equipo en el primer tiempo, ninguno de los otros cuatro extraña la titularidad, pero entre todos ellos no consiguieron aportar seguridad y quedaron más de una vez en evidencia. Empieza a ser preocupante lo de Zambrotta, considerado uno de los laterales más fiables del mundo y que sufre ya tenga delante a Robinho o a un futbolista del Badalona.

Motta, titular

Olvidado en el Bernabéu y contra el Chelsea, Motta regresó al once inicial para llevar el peso del equipo con Xavi, pero entre los dos no lograron dar continuidad al juego de los azulgrana y aunque tocaron y tuvieron el balón no hicieron nada productivo en ataque. El italobrasileño se quedó en los vestuarios en el descanso y dio el relevo a Edmílson, titular en Londres y ausente también en Madrid.

Las rotaciones alcanzaron su máxima expresión en ataque. Ezquerro, que disputó sus primeros minutos oficiales esta campaña, ocupó la banda izquierda; Giuly, la derecha y Saviola se situó como delantero centro, con Gudjohnsen por detrás, como mediapunta, apoyando a Motta y Xavi. El islandés sólo apareció para fallar un mano a mano ante el portero del Badalona, Relaño, y antes de que se cumplieran los primeros 45 minutos Rijkaard ordenó que permutara su posición con Saviola. Posiciones que volvieron a intercambiar en la segunda parte.

La diferencia de categoría entre los dos clubes apenas se apreció sobre el césped artificial del Camp del Centenari y si alguien debió irse al descanso con ventaja en el marcador fue el Badalona. No lo consiguió porque apareció Jorquera para enviar a córner dos disparos de Óscar Ramírez y David Prats, un delantero de gran movilidad que amargó la vida a la defensa del Barcelona en el primer tiempo.

Manda el Barça

En la segunda parte el panorama cambió. El Badalona empezó a acusar el desgaste físico, bajó el ritmo de juego y el Barcelona se convirtió en el dueño del choque. El protagonismo que había correspondido a Jorquera lo tomó Relaño, que hizo una demostración de reflejos y agilidad, de forma especial para despejar un remate con muy mala intención de Saviola, que había vuelto a intercambiar su posición con Gudjohnsen.

De una combinación entre los dos nació, pasada la hora de juego, el primer gol del Barça. Saviola eludió el marcaje de Cazorla con un bello sombrero dentro del área y su centro lo aprovechó Gudjohnsen, que llegaba desde atrás, para batir a Relaño. Se creció el islandés y un cuarto de hora después celebró su segundo tanto, después de aprovechar su posición de fuera de juego y un mal despeje de Relaño a tiro de Ezquerro. Con estos goles, el islandés alejaba fantasmas. Suyos y del equipo.

Pese a su desventaja técnica y en el marcador, el Badalona no perdió nunca la cara al partido y dejó una imagen más que digna. Obtuvo su merecido premio al final, en el tiempo añadido, cuando Tarradellas transformó un penalti más que dudoso de Oleguer a Isaías. El árbitro, Clos Gómez, dejó su huella. Primero en el segundo gol del Barça, logrado en fuera de juego, y después en este penalti.

También dejaron su huella algunos de los más jóvenes aficionados, por llamarlos de alguna forma, presentes en el estadio y que saltaron al césped en el primer y segundo tiempo para intentar disfrutar de un protagonismo que no les corresponde.

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