Landis arrebata a Pereiro el 'maillot' amarillo en Alpe D'Huez por apenas diez segundos

El luxemburgués Frank Schleck, del CSC, ha hecho cumbre en solitario en el Alpe D'Huez en su primera participación en el Tour de Francia y ha apuntado su nombre en la leyenda de la carrera, que en la decimoquinta etapa de su 93 edición vivió el paso del estadounidense Floy Landis, del Phonak, al mando de la general en detrimento del español Oscar Pereiro por tan sólo diez segundos de diferencia.

"Me da pena perder el maillot amarillo por mis compañeros, pero debemos estar contentos, porque hemos trabajado de manera inteligente. Voy a luchar por el podio y por la carrera, es complicado, pero vamos a ver qué pasa", ha señalado Pereiro tras la carrera.

Schleck, por su parte, lleva toda la temporada en una nube, ya que ha añadido la conquista del Alpe D'Huez a la Amstel Gold Race, un cuarto puesto en la Flecha Valona y un séptimo en la Lieja-Bastoña.

El corredor del equipo danés se ha presentado en meta a lo campeón tras las 4h 52m 22s que necesitó para cubrir los 187 kilómetros entre Gap y Alpe D'Huez. Cunego (Lampre), el principito del ciclismo italiano, escalador puro, le siguió a 11 segundos. Luego entraron el italiano Garzelli, Landis y el alemán Kloden.

El ruso Dennis Menchov no ha aguantado el primer asalto alpino y ha cedido 2m 21s respecto al vencedor y 1m 11s con Landis, su rival.

Alpe D'Huez no sentencia

El Alpe D'Huez, con sus 13,8 kilómetros de ascenso y sus 21 curvas no reventó la general, pero si aclaró que Landis se queda como indiscutible favorito a suceder a Armstrong en el palmarés del Tour. Tampoco arrasó el líder del Phonak, pero estuvo al nivel de un candidato.

Landis ha subido al podio con 10 segundos de ventaja sobre Pereiro y 2m 02s respecto al francés Cyril Dessel (Ag2r), segundo y tercero respectivamente. Menchov ahora es cuarto a 2m 12s y Carlos Sastre quinto a 2m 17s. Entre los 10 primeros se ha colado otro español, Haimar Zubeldia (Euskaltel), décimo a 6m 20s.

Escapada multitudinaria

La esperada jornada alpina nació con una escapada multitudinaria en el kilómetro 36 en la que entraron nueve españoles: Egoi Martínez, Arrieta, Flecha, De la Fuente, Chente, Landaluze, Arroyo, Lobato y Vila, más Hincapie, tres hombres del CSC, Schleck, Voigt y Zabriskie, Hincapie, Cunego, Garzelli, un grupo con nombres de entidad con un duro camino por recorrer.

Garzelli (Liquigas) coronó destacado el Izoard (2.360 metros) con 1m 07s de ventaja sobre David de la Fuente, que daba tiempo a Cunego, Patxi Vila y otros 14 corredores que aguantaban en la persecución. El grupo de Pereiro, a su paso, marcó en el alto un retraso de 6m 30s una vez concluidos los 14,5 kilómetros de ascenso al 7 por ciento de pendiente media. En el descenso sufrió una caída Egoi Martínez, dañado otra vez en la muñeca.

En el Col de Lautaret, de segunda categoría, cuya carretera data de 1804 y ya era frecuentada por los romanos, condujo al guerrillero De la Fuente hasta la cima para reforzar su maillot de la montaña. El cántabro pasó ligeramente destacado de Patxi Vila. El pelotón a 4 minutos. Tom Boonen, campeón del mundo, se retiró en estas rampas sin haber ganado una etapa en la presente edición.

Novato valiente

La batalla definitiva no se hizo esperar. Con la cima del Alpe D'Huez a 13 kilómetros, Cunego dio el primer acelerón y seleccionó al grupo de cabeza. Por detrás, en la otra etapa, fueron los T-Mobile con Kloden y Sinkewitz los que descubrieron de inmediato la debilidad de Menchov, por lo que la táctica estaba clara. Arriesgar para dejar al ruso fuera de combate. Y a la fiesta se sumó Landis, que vio el filón.

La primera pelea entre los "anónimos" se mantuvo hasta 2 kilómetros de meta, cuando arrancó sin respuesta el luxemburgués Schleck, un novato valiente, para presentarse en solitario y poner en la cima por primera vez la bandera de su país, glorificada anteriormente por los triunfos absolutos de Faber, Frantz y Charly Gaul, éste último vencedor un año antes que Bahamontes, en 1958.

En la segunda escena se produjo un viaje a tirones del grupo de Landis y Kloden, los más fuertes de los favoritos, crecidos por el hundimiento de Menchov, que sufría lo que no está en los escritos. Sastre y Leipheimer hicieron la "goma" pero finalmente no pudieron acabar junto al nuevo líder, aunque el español volvió a mostrar una regularidad que le permite soñar con el podio.