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Crónica:ALEMANIA 2006 | BRASIL 2 - AUSTRALIA 0
Crónica
Texto informativo con interpretación

Brasil vuelve a tiempo de las antípodas

Un gol de Adriano al comienzo de la segunda parte, confirmado por el de Fred a última hora, clasificó a Brasil, que aún espera los tantos soñados de Ronaldo y la magia de Ronaldinho

Australia fue un digno rival, pues incluso hizo méritos para puntuar ante una Brasil que todavía no ha arrancado. Eso sí, ya suma seis puntos y está en octavos. Pero siempre se espera un poco más de fútbol de los mejores jugones del mundo. Robinho, el mejor en los pocos minutos que actuó.

Brasil no alegró en la primera parte. El 'o jogo bonito' depende esencialmente de Ronaldinho y éste aún no parece estar en Alemania. Frente a una Australia trabajada minuciosamente por Guus Hiddink, los 'brasileiros' se dieron de bruces contra el muro canguro, formado a partir de concepciones futbolísticas que van desde las influencias de la Commonwealth al balompié total de Holanda pasando por el origen balcánico de varios de sus jugadores. Por eso el choque estuvo al 50 por ciento.

Ronaldo y Viduka fueron los protagonistas en ataque, con tantos remates lejanos de uno como de otro. Un Brasil-Australia igualado.

La globalización, el balompié franquiciado.El madridista Ronaldo fue de menos a más. Quizás le intimidó al principio un hachazo de roja directa de Grella a los 10 minutos, que el alemán Markus Merk dejó en amarilla. Luego amonestó a Emerton por una tontería. La memez arbitral habitual.

Brasil, espesa, apenas brilló, como cansina y cansada. Ronaldinho, el 'chispas', el encargado de la luz, avanzó con velocidad en alguna oportunidad sin concierto. Flojito. Como el desaparecido Adriano. Kaká estuvo bien al principio, con un disparo a los 3 minutos, aunque se ahogó más adelante en la tela de araña de los 'socceroos'.

Ronaldo apareció a los 28 minutos para rematar un pase de Ronaldinho que desvió Moore y, luego, a los 37, cuando falló un balón claro. Chutó al aire. Sonrojante. Lejos de hundirse, se giró y chutó con intención desde lejos a los 42. Tiene carácter para venirse arriba hasta en las peores situaciones. Y lo demostró en el principio de la segunda parte.

Muy poco para el gol

A Brasil le cuesta muy poco hacer una jugada de gol. Es su principal virtud. Lo que le convierte en favorito a todo pese a que aún tenga pendiente enamorar en el Mundial. Ronaldinho vio en vertical a Ronaldo, éste que paró, miró, asistió a Adriano y el interista que marcó de un zurdazo. 1-0 y cara de enfado en Hiddink. Normal. No lo merecía.

Con Kewell sobre la pradera de Múnich, en una tarde veraniega digna de cualquier lugar menos Baviera, Australia gastó sus balas poco a poco, en un lento tiro al plato. Una buena ocasión del jugador del Liverpool fue el anuncio de su intimidatoria presencia.

Brasil, que también sabe ser resultadista (así ganó el Mundial 2002, por ejemplo), comenzó a partir de entonces a amarrar la victoria que le llevaba a octavos de final. Hasta perdiendo tiempo. Por eso Australia se fue estrellando en un encuentro al revés.

Kewell, a los 67 minutos, tuvo una segunda opción. Y con Aloisi (por el zaguero Moore), más madera ofensiva. Brasil se libró. También dio la sensación de que defensivamente están fuertes los 'canarinhos', algo que en otros Mundiales le costó el título precisamente por lo contrario.

Parreira, que tiene su amor propio, dio salida a Robinho (por un serio Ronaldo y decisivo en su tiro al palo que rebañó Fred) y Gilberto Silva, uno para pedalear y el otro para contemporizar.El madridista le dio otro aire a Brasil y se lo quitó a los australianos.

No obstante, la sensación de que la campeona del mundo se parte en dos como concepto se acentuó en el desorden final (por cierto, Bresciano elevó la estampa salvadora de Dida y Kaká cabeceó al larguero). Brasil tiene como cuatro tipos que no trabajan en la presión. Pero son los que le ganan los partidos. Otro de los contrasentidos del deporte rey que juega el equipo rey por excelencia.

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