Corea se aferra al espíritu del 2002
Los goles de Lee Chun Soo y Ahn terminaron con las esperanzas de los togoleses
Encuentro de estilos radicalmente opuestos. Por un lado, Corea, equipo dotado del sello holandés proporcionado por Hiddink y su actual técnico, Dick Advocaat. Precisión, toque y velocidad que se entremezclan con una cierta esencia de anarquía. En el otro sentido, Togo, debutante en un Mundial, y representante de un fútbol mucho más físico, más rudo. En definitiva, de lo que ahora llaman 'músculo'.
En contra de lo esperado, el conjunto africano tomó las riendas del partido desde su inicio. Con el caso Pfister -el amago de dimisión de Otto Pfister, su técnico alemán- en la recámara, los togoleses salieron decididos a brindar la primera victoria africana del torneo. Con sus limitaciones, sí, pero también con un planteamiento muy ordenado y un poderío físico que hacen muy difícil batirles.
Corea, que aterrizaba en Alemania después de obtener un magnífico puesto en la última cita -favores aparte-, partía a priori como favorita. La europeización de los Lee Young, Park o Lee Chun Soo les confería cierta ventaja sobre un once togolés plagado de jugadores de segunda o tercera línea. Eso sí, con la presencia de su buque insignia, su ídolo, el jugador del Arsenal Adebayor.
Pronto comenzarían a verse las carencias defensivas del equipo coreano. En el minuto 10, Kader rebajó el ego asiático con un primer disparo que descubrió la fragilidad de la zaga. Por si fuera poco, el más que aceptable trabajo de Salifou y Romao en el centro del campo propició el dominio de los togoleses, que pronto se traduciría en el primer gol del partido. Kader, constante amenaza, aprovechó la indecisión de los centrales coreanos en el minuto 30 para soltar un derechazo cruzado que batía a Lee Won. En efecto, aquél portero con el que todavía sueña Joaquín.
El equipo de Advocaat, bravucón, insaciable, se encontró ante una situación inesperada que le obligó a realizar un intercambio de papeles. Los nervios, las prisas y la ansiedad se trasladaron al bando asiático, que se agarró a Park, estrella exótica del Manchester, para ver si sonaba la flauta. Nada. A punto estuvo de llegar el segundo para los africanos, cuando Senaya envió una envenenada falta a la que respondió muy bien Lee Won.
Remontada coreana
En la segunda mitad, una tempranera acción de Ábalo determinaría el rumbo del partido. El central togolés interrumpió violentamente un slalom de Park hacia la portería cuando era el último hombre. Expulsión de manual. En la falta posterior, Lee Chun Soo golpeó con delicadeza el esférico para firmar el 1-1. Advocaat tomaba aire.
Desde ese instante, Togo se descompuso y los coreanos buscaron con decisión el triunfo. El partido subió de revoluciones y emergió la figura de Ahn. El delantero, uno de los héroes coreanos del pasado Mundial, salió desde el banquillo para voltear el partido. En el 71', Ahn conectó un potente disparo desde la frontal que sorprendió a Agassa y firmaba la sentencia africana.
Dos estériles intentos de Kader serían insuficientes. Togo, último representante del África Negra, sucumbía ante el equipo coreano, que prolonga la gesta iniciada hace cuatro años. Van en serio. Esta vez, sin ayuda.
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