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Crónica:COPA DEL REY
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Copa como terapia

El Betis se recupera ante el Celta en un duelo muy disputado

La Copa, de la que es dueño, no sólo transmitió al Betis a los cuartos, sino que también le dejó en el paladar un dulce sabor a rehabilitación. De la nadería absoluta de los primeros meses, a partidos bajo control como el de ayer, aunque fuera con altibajos. En un choque muy disputado, el equipo de Serra Ferrer se turnó con el Celta al mando y la eliminatoria no experimentó cambios porque ni el Betis ha solucionado sus problemas en el área ni el de ayer fue el partido de la restauración de Baiano, que suma cinco sin mojar.

Salvo en los minutos finales, en los que el gol pudo caer hacia cualquier lado, los dos equipos se alternaron al mando. Cuando mandó el Betis, el Celta se borró. No dijo ni pío. Cuando irrumpieron los de Vigo, los verdiblancos tuvieron arrojo para aguantar el chaparrón y se permitieron incluso enviar un par de recados a Esteban. Así, repartido, cualquiera se pudo llevar el encuentro, que dejó en el Celta la sensación de haber regalado demasiados minutos a su rival.

La frustración le jugó una mala pasada al Betis, que aplastó al Celta sin piedad, pero sólo durante media hora. Fueron minutos en los que el equipo de Serra Ferrer se pareció al que la temporada pasada cumplió un curso excepcional. Lo tuvo todo en esos minutos: posesión del balón en exclusiva, ocasiones apabullantes, extremos de los que alcanzan la línea de fondo y, sobre todo, Capi y Arzu marcando el ritmo sin cesar. Nada que ver con los agobios habituales de esta temporada.

El Celta llegaba tarde a todas las citas y, si salió airoso de ese rato, que se le hizo eterno, fue por el acierto de sus defensas. Pero, sobre todo, gracias al bético Fernando, que falló una de las que sueña todo jugador. Dani ya podía haber zanjado la eliminatoria, porque su cabezazo se estrelló en el larguero y botó en la línea, pero el rechace que le cayó a Fernando resultó más flagrante. Solo ante la portería, se hizo un lío y llegó Sergio para sacar el balón.

El Celta, al que no se había visto más allá de la línea de tres cuartos, incapaz de encadenar tres pases, entró en el partido de golpe. En una de estas llegó al área y el Betis, desengañado, comenzó a temblar. De ahí al final se vivió otro partido, más propio de esta temporada. Al poco de ponerse a jugar, el Celta provocó una falta muy próxima a la esquina del área que Canobbio estuvo a punto de meter en la portería de Doblas y los fantasmas más horribles se le aparecieron al equipo de Serra Ferrer.

El de Fernando Vázquez elaboró, Oubiña se dejó ver y Baiano empezó a disponer de munición, pero últimamente la malgasta como si fuera de fogueo. Con las ocasiones visitantes estragadas, tuvo el Betis ocasión de dejarse ver de nuevo ante sus aficionados para apurar sin demasiados agobios unos minutos finales en los que el Celta certificó que esta temporada, sin ir más lejos, el equipo ha vivido tiempos mejores.

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