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Anfield descubre el paseíllo

Envuelto en aromas de pescado y patatas fritas en aceite de maíz, despidiendo el penetrante olor de los característicos pastelitos de carne de los puestos callejeros, el coro de Anfield entonó su repertorio clásico con maestría para exhibir el poder de su caudal de voces y la sutileza de sus matices a la gente del Betis. Más de 2.200 hinchas verdiblancos se quedaron mudos ante la belleza de aquella obra efímera.No pudo asistir a la velada Manuel Ruiz de Lopera, el presidente. De todos modos, el espectáculo que ofrecieron los futbolistas no fue mejor. Pero eso es lo de menos. En el fantástico envoltorio del estadio local las pequeñas cosas parecen más grandes.Desde la perspectiva inglesa el Betis es un equipo muy exótico. Lo único que inspiró familiaridad en la hinchada local fue la vestimenta verdiblanca de los sevillanos. Recuerda al uniforme del Celtic, tan caro a la gente de Liverpool como el verde de Irlanda y el sentimiento trágico de la vida.Por lo demás, el Betis no se entiende porque busca la portería como si no la quisiera. Todo en el Betis fueron arabescos, toques hacia atrás, efectos ornamentales, quejío al recibir golpes, y andares toreros que al ojo inglés resultan incomprensibles. Melli por ejemplo, representa todo esto. En un partido en el que el Betis se jugaba la clasificación el hombre dio la impresión de estar en una exhibición. Su equipo tenía que meter un gol para no quedarse fuera de Europa, y, sin embargo, no dio ni un paso al frente. Melli no apoyó nunca a los centrocampistas en los ataques. Se limitó a dar el paseíllo con complacencia de mitad de tabla.

El de Melli fue un símbolo del Betis. Se transmitía desde la defensa hasta Fernando, pasando por el banquillo de Serra Ferrer. Todo en el equipo sevillano inspiraba una idea de superficialidad. De flojera. Como si lo más importante del año ya hubiese pasado. Como si después del derby del sábado al equipo no le hubiera quedado ni una gota de entusiasmo.

En la segunda parte, al Betis no le quedó ni la opción de una falta lanzada por Assunçao. El brasileño fue sustituido por Serra Ferrer. Quizá Serra, el técnico pensó que conseguir una falta al borde del área de Reina era más difícil que ganar el partido. Lo cierto es que hasta el minuto 89 el Betis no dispuso de una ocasión a balón parado: fue una falta lateral. Fue la primera vez que Melli dio un paso al frente.

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