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Crónica:FÚTBOL | 12ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

De la Peña enchufa al Espanyol

El medio centro cántabro reactiva a su cuadro ante un rocoso Mallorca

El Espanyol dio con el punto de inflexión que perseguía frente a un rocoso pero insulso Mallorca. No ganaba un partido de la Liga desde hacía dos meses, cuando pasó el Madrid por Montjuïc. Desde entonces, su juego quedó expuesto a tal sinfín de dudas y vaivenes que Miguel Ángel Lotina rozó la destitución. Demasiados cambios de esquemas, demasiadas caras diferentes a cada partido.

La crisis se suavizó tras la peculiar ratificación del entrenador, el empate cazado a última hora ante el Athletic hace dos semanas y el unánime apoyo de la grada al entrenador vizcaíno. Aun así, el Espanyol era el antepenúltimo y recibía con el agua al cuello al Mallorca. Salió a flote porque el equipo le dio cuerda a De la Peña y el cántabro se explayó y sirvió la media docena de balones que pusieron en aprietos a la defensa mallorquinista.

El quehacer del equipo de Hector Cúper se basó en su futbolín defensivo con tres líneas perfectamente trazadas: los dos cuartetos más atrasados y Arango y Víctor basculando cerca del círculo central. Los dos centrales italianos, Potenza y Iuliano, dictaron la norma de conducta del equipo bermellón, propensos a fajarse a base de codazos, a meter el cuerpo de buena o de mala manera y a patear el balón al tuntún con tal de alejar el menor conato de peligro. Mientras mantuvo el empate, el Mallorca respondió con relativa soltura a las esporádicas embestidas del Espanyol. Apenas hubo noticias de Arango y de Víctor, pero Borja puso en aprietos a Kameni con un par de buenos disparos desde lejos y un centro del voluntarioso Jonás estuvo a punto de ser rematado por Tuni.

Los ataques del Espanyol partieron siempre de las botas de De la Peña. Pero todo en el partido sucedía a medias: multitud de balones divididos, de faltas, de ocasiones que se quedaban en agua de borrajas como un centro de De la Peña que no controló por un pelo Juanfran, y otro que rechazó Prats bajo los palos y que Tamudo no acabó de aprovechar porque Navarro se le adelantó.

El asunto dio un giro de veras cuando otro centro desde la izquierda de De la Peña acabó con dos jugadores del Espanyol tumbados sobre el césped. Mejuto castigó con penalti el forcejeo de Iuliano con Tamudo. El capitán del Espanyol, con un lanzamiento inapelable pese a que Prats le adivinó la intención, logró su primer gol en la Liga, un dato elocuente sobre las numerables deficiencias que ha padecido su equipo en el primer tramo del campeonato.

El gol tuvo un efecto balsámico en el juego del Espanyol. Parecía otro equipo. Jugaba con una soltura como ya no se le recordaba. Fueron apenas unos minutos, pero los mejores, sin duda, desde hace mucho tiempo. Culminaron con un espléndido tanto. Fue un contraataque. De la Peña se llevó un balón dividido y se lo cedió a Luis García. Éste se lo devolvió y De la Peña le dio a continuación una magnífica asistencia para que el asturiano resolviese ante su antiguo equipo con un perfecto control y un disparo cruzado y por abajo. El partido quedó visto para sentencia. En la segunda parte quedó patente la absoluta incapacidad de reacción del Mallorca, a pesar de los relevos que introdujo Cúper.

Lotina refrendó su apuesta por el esquema del año pasado, con De la Peña más arropado en la zona de medio centro, con una defensa del todo canterana con el cambio de Moisés Hurtado por Zabaleta y un frente de ataque en el que Luis García causó estragos en su ex equipo gracias a su constante movilidad en la media punta.

Los jugadores del Espanyol Raúl Tamudo, Luis García y Juanfran celebran el segundo gol contra el Mallorca.
Los jugadores del Espanyol Raúl Tamudo, Luis García y Juanfran celebran el segundo gol contra el Mallorca.REUTERS

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