El Getafe da una lección al Atlético
Un gol de Pernía de falta premia el mejor juego de los de Bernd Schuster en el Calderón
El Atlético de Madrid ha entrado en barrena. Ya ni siquiera se deja remontar porque ni marca gol. El Getafe se aprovechó del empanado equipo de Carlos Bianchi, en el que sólo Petrov estuvo a la altura, para llevarse los tres puntos del Vicente Calderón y mandar al psiquiatra a los rojiblancos.
Lo que el Atlético se dejó en San Sebastián fueron mucho más que tres puntos. El equipo rojiblanco se dejó la chispa, el espíritu positivo, el buen rollo que parecía tener desde el comienzo de la temporada. El Atlético que se pegó un tiro frente a la Real Sociedad sigue en estado vegetativo, sustentado apenas por el efervescente Petrov. Pero sólo con eso no les llega a los de Bianchi.
Estado de ánimo telegráfico de la tropa rojiblanca que saltó al césped del Calderón para intentar recuperar comba. Petrov: Afilado, en su línea. Fernando Torres: Insustancial. Kezman: Ausente. Maxi: Lamentable. Con este panorama de los cuatro pilares de este Atlético de 2006, ni siquiera la vuelta de Pablo al eje ni los intentos de Gabi y Luccin por sostener al equipo pusieron algo de cordura al equipo de Bianchi.
Enfrente, además, se situó el líder de Primera, el Getafe gobernado por Schuster y manejado son solvencia por Diego Rivas. Todo lo que hizo el medio centro lo hizo bien y con sentido. Manejó el partido, controló los tiempos y lanzó mortíferas contras para que Gavilán por un lado, Cotelo por el otro y Riki y Güiza por el centro amargaran a los rojiblancos.
Los fantasmas
El Atlético, cuyo afán apenas duro un cuarto de hora (una media vuelta de Kezman y las ganas de Petrov), se vio superado en todos los órdenes por el Getafe, que metía el miedo en el cuerpo atlético cada vez que medio organizaba un contraataque. Tal fue la lección de los del sur de Madrid que ni siquiera cuando fue expulsado Mario Cotelo por una fea entrada a Petrov se le alteró el pulso.
Es más, con uno menos y 20 minutos por delante fue el Getafe el que dio un paso adelante, lo que menos se podía esperar del teórico modesto. En una falta al borde del área, Pernía se aprovechó de una barrera lamentable para marcar su particular gol del año. Un tanto que daba la victoria al Getafe, premiaba su mejor fútbol, desataba los pitos en la grada y mandaba al Atlético a pelearse de nuevo con sus fantasmas. Y van
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