Un clásico sin porteros
En un intenso duelo, donde Mejuto desquició a todos, los guardametas se unieron al caos y firmaron un partido que no agranda su profesión de guantes y miedos en solitario.
Cañizares, que igualó una cantada de Valdés, salva al Barcelona de su segunda derrota consecutiva. Tras cuatro jornadas, los de Rijkaard sólo han ganado al Mallorca.
El Barcelona estuvo a punto de igualar su peor arranque liguero, que data de la temporada 1986/87 con el inglés Terry Venables, pero un regalo de Cañizares, que compensó otro de Valdés, le permitió sumar (2-2) su quinto punto de doce posibles.
Murió con la suya el recién renovado Frank Rijkaard. Alineó a los mismos que cayeron en el Calderón, incluido el cuestionado Edmilson. Le salió bien, aunque con mucho esfuerzo, durante la primera parte. El Barça acosó a Cañizares, que se muestra nervioso en varias situaciones de balones colgados (él mismo se define como "ex internacional"), en tanto que el Valencia esperó para pinchar como un puñal con Vicente o Villa.
Sin el morbo Kluivert, lesionado, el duelo respondió en cuanto a la igualdad al clásico que representa para la Liga española. Ocasiones de gol en cada área, como un globo de Etoo (quien ya reclamó penalti por empujón a los 7 minutos), al que precedió un remate a bocajarro de Rufete que salvó Valdés. Pero la pelota, preferentemente, la manejaba el Barcelona, en su habitual labor de fijar al oponente y 'rondearle' de izquierda a derecha. Por esta banda, la diestra, Giuly hizo sus habituales diagonales hasta marcar el 1-0, en una carrera en solitario resuelta de fenomenal derechazo. Antes le había sacado un gol Cañizares y Villa rozó el larguero en un remate. El Valencia, descontento con Mejuto, protestó en especial cuando dejó seguir a Giuly una jugada en claro fuera de juego.
Vuelco
Sin tiempo para responder, en un suspiro, el Valencia volteó al rival en la continuación. Un revolucionario del área como 'Pancho' Villa reventó a la zaga del campeón. En una pared con Vicente cayó ante Oleguer y Edmilson. Penalti que transformó el mismo. Segundos después, el 'giligol' de la jornada, a lo Bonano-Tamudo de hace alguna temporada en Montjuïc. Despejó Valdés y golpeó en la bota derecha de un Villa que, de espaldas, adelantó al Valencia.
Con un campo anonadado, y que hasta silbó a los suyos, la reacción táctica fue como en Bremen. Entró el denostado Belletti, por Márquez, y la recomposición táctica liberó a Edmilson. Duro poco el brasileño en el medio del campo, pues le cambió su técnico por Iniesta.
En la recta final, a la desesperada, el Barcelona encontró el empate en otro regalo de un portero. A Cañizares se le escapó de forma lamentable un centro de Ronaldinho y Deco anotó sin necesidad de carambolas. Las dudas del meta envalentonaron al Barça, que buscó la hombrada pero le faltó pegada. Lo habitual en esta temporada.
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