El Villarreal se engancha

El Villarreal se mantiene en puestos de Liga de Campeones a falta de tres jornadas, un éxito que sólo con el paso del tiempo podrá ser valorado en su justa medida. Por su juego, el más atractivo de Primera, el conjunto que entrena Manuel Pellegrini merece estar entre los cuatro primeros de la clasificación al final de la Liga.

El Málaga ya ha cumplido esta temporada y con la permanencia asegurada sus futbolistas juegan con la tranquilidad que les faltó en dos tercios del campeonato y ya no se asustan de ningún rival. Son capaces de enfrentarse a equipos como el Villarreal con las mismas armas de los castellonenses, es decir, tratando con mimo el balón, haciéndolo bonito. La consecuencia de reunir a dos conjuntos atrevidos fue una primera parte muy entretenida, con el balón viajando de un área a otra sin descanso y con los porteros esforzándose al máximo. Duda, que vive en estado de gracia, dirigió con acierto los movimientos ofensivos del Málaga y exigió al máximo a Reina, que alcanzó a despejar con la punta de los dedos un lanzamiento de falta del portugués que acabó estrellándose en la escuadra. Antes, el argentino Figueroa tuvo la ocasión más clara del partido, pero en un mano a mano con Arnau el guardameta del Málaga salió vencedor. El Villarreal es quizá el equipo que mejor fútbol hace en Primera, pero necesita crear demasiadas ocasiones para marcar. Es un defecto que puede terminar alejándole de la Liga de Campeones.

Si lo malo que tiene el Villarreal es su poca efectividad, lo bueno es que nunca varía su forma de jugar, siempre es fiel a sí mismo. Asume que el toque y el buen fútbol es el camino más corto hacia el éxito y no hay nada que les haga salirse de ese camino. Pero si puede llevar a buen término esa filosofía es por la calidad de la mayoría de sus futbolistas. Y el que más tiene es Riquelme, que aprovechó un mal remate de Forlán y un peor despeje aún de un defensa del Málaga para batir a Arnau y poner al Villarreal mirando a la Liga de Campeones otra vez. Pero lo mejor estaba por llegar. Sin que el Málaga tuviera tiempo para recuperarse del golpe, Cazorla cogió el balón en el borde del área, recortó a un defensa y puso el balón en la escuadra de la portería de Arnau. Con ese golazo se cerró un partido divertido, que se decidió por la mayor calidad de los jugadores del Villarreal.