Victoria insípida del Madrid
Los madridistas siguen la estela del Barça con un triunfo agónico y sin brillo ante el colista
El Real Madrid ha conseguido una victoria de trámite en Soria a costa de un Numancia escasísimo de recursos, lo que le permite mantener, una semana más, la estela del Barcelona. Falto de genio y de detalles, le ha bastado esperar las ocasiones, que tenían que llevar, para llevarse un deslucido triunfo con cierta dosis de sufrimiento al final, cuando los sorianos han encontrado su gol y poco les ha faltado para hacer el empate.
Le cuesta al Madrid sobreponerse a las circunstancias adversas en que se convierten un partido sin lentejuelas, un campo helado y un rival incapaz. Funciona mucho mejor el Madrid en partidos con más caché. Así, la primera parte ha sido una exhibición de desidia, sin juego, sin presión y sin intención. Si a eso añadimos la ausencia de Ronaldo, se comprende que el Madrid llegara sin goles al descanso.
Menos se explica que haya llegado sin daños, y no porque el Numancia haya creado peligro, que anda escaso de futbolistas para eso, sino que no ha sabido aprovechar su ocasión, que ha llegado en forma de penalti de Helguera. El cántabro ha abrigado con sus brazos a Miguel y ha dado a los sorianos su oportunidad. Pero Casillas, de nuevo, ha evitado males mayores adivinando la intención de Tevenet.
Entre medias, el Madrid, con Guti en el banco y con Figo de media punta, con Zidane en la izquierda y Beckham en la derecha, se ha ofuscado por el centro y sólo ha generado peligro con un disparo de Figo que se ha ido al palo y cuyo rechace, en plan Fernando Torres, ha enviado Owen a las nubes. Gravesen cumple en defensa, pero está lejos de abrir los espacios que abre Guti. Así, parecía el Madrid un equipo sin gol.
Lo que pasa es que estaba convencido de que el gol tenía que llegar y a ello se ha puesto con algo más de interés en la segunda mitad. Ha dominado por completo, gracias también a que el Numancia ha asumido su papel y ha aculado hacia su portero. Tampoco es que el Madrid hiciera nada del otro mundo, pero le ha bastado con que Beckham dispusiera de una falta donde le gusta para hacer el primero y dejar la sensación de que ahí se acababa todo. Más aún se ha sentido cuando Guti, que ha salido por Gravesen, ha visto un buen desmarque de Owen, que el inglés ha cedido para Salgado, que ha puesto el segundo.
Todo parecía bajo control hasta que Miguel ha dado su premio al Numancia, agigantándose a los defensas del Madrid, de nuevo fracasados en el aire. Con el gol, el Numancia se ha lanzado a por el empate, en cinco minutos frenéticos en los que ha podido por dos veces igualar la contienda. Casillas una vez y la escasez de calidad otra han salvado al Madrid de la vergüenza y le han dejado, de nuevo, a siete del Barça.
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