El Betis pasa entre bostezos

El Betis ha pasado el trámite que suponía este partido de vuelta contra el Mirandés, y ya espera a su rival en cuartos de final de la Copa del Rey. El encuentro disputado en el Ruiz de Lopera bien se lo podrían haber ahorrado los dos conjuntos, que lo único que han provacado entre los espectadores han sido bostezos.

Los defensores de que la Copa del Rey dispute todas sus eliminatorias a partido único encontraron en el primer tiempo de este Betis-Mirandés el mejor argumento posible para defender su postura. Con la eliminatoria sentenciada en la ida y un Betis plagado de suplentes, incluido Alfonso, los dos conjuntos se limitaron a maltratar el balón y moverlo de un lado a otro sin demasiado criterio. Apenas aparecieron jugadores por las áreas y atormentaron a los espectadores que acudieron al estadio con un juego insulso, aburrido y que sólo puede servir para desprestigiar aún más a esta competición ya demasiado maltratada. Las ocasiones de gol quedaron para mejor ocasión y lo único que mereció la pena fue la ilusión puesta por Llano, Pablo Niño e Israel, los tres canteranos del Betis.

El partido se animó al inicio de la segunda y los bostezos desaparecieron, pero sólo de forma momentánea. Los jugadores del Mirandés se acercaron a ver cómo era la cara de Contreras, pero sin obligarle a tirarse al suelo para detener el balón, y el Betis respondió con un disparo al poste de Alfonso, en la ocasión más clara de todo el partido. La poca emoción que había tenido el choque desapareció en ese momento y volvió a perder el poco ritmo que había adquirido. Lo más emocionante desde entonces fue ver cómo las manecillas del reloj se iban comiendo los minutos y acercaban el final del suplicio. Pero con todo, lo peor fueron las lesiones de Israel y Lasarte, que pusieron la nota negativa de un partido que anima a dedicar el tiempo libre a cualquier otra cosa que no sea fútbol.