Santi Pérez saca la cabeza

Como en una película bien modulada, en la que la tensión de la trama principal se ve relajada de tanto en tanto por la salida a primer plano de líneas secundarias del argumento, la Vuelta España alterna los días de vino y rosas, en los que un puñado de elegidos compite por los laureles, y las jornadas sin hitos capaces de decidir una carrera en la que los líderes permiten a su pueblo que se dispute sus cinco minutos de fama, cámaras y besos de Max Factor.

El jueves, en la denominada etapa reina, Roberto Heras (Liberty Seguros) pegó un aldabonazo y se alzó al liderato aprovechando que en 145 kilómetros había que subir dos veces al Observatorio del Calar Alto, ni más ni menos que 2.090 metros de altura. Santiago Pérez (Phonak) llegó a 34 segundos, y Francisco Mancebo (IBB) después, a 53. Al día siguiente tocó un tramo de 172,4 kilómetros entre El Ejido y Málaga que se llevó al sprint el velocista italiano Alessandro Petacchi (Fasa).

Un día antes de la cronoescalada, la etapa de hoy era una oportunidad más para el fogonazo pasajero. 167 kilómetros entre Málaga y Granada, con un puerto de montaña de primera categoría —el Alto de Monachil, 1.430 metros— que debutaba en la Vuelta y a tan solo 21 kilómetros de la meta. Y a tan solo un día para subir a Sierra Nevada.

La ocasión la aprovechó un Santi Pérez que tiene sed de grandeza. La montaña le sirvió para escaparse y meter tiempo al pelotón, a la postre 46 segundos, que son los que le sacó a Alejandro Valverde (Comunidad Valenciana-Kelme) y a Luis Pérez (Cofidis). El corredor del Phonak marcha a más de cuatro minutos del líder, pero apunta maneras y quiere dejar su impronta en esta Vuelta, que en cualquier caso sigue liderando Heras, con 35 segundos de ventaja sobre Mancebo. Y mañana, Sierra Nevada.