Olazabal se sitúa entre los favoritos para enfundarse la chaqueta verde
El golfista vasco, campeón en 1994 y 1999, firma una soberbia segunda jornada y se coloca segundo, a dos golpes del líder provisional, el inglés Justin Rose
José María Olazábal ha recuperado la sonrisa en la segunda jornada del Masters de Augusta de golf. Una exhibición de maestría, talento y perseverancia le ha aupado hasta la segunda plaza provisional a dos golpes del líder, el joven inglés Justin Rose.
Olazábal, dos veces campeón del Masters (1994 y 1999), sigue jugando bajo par en el temible Augusta National. El español ha necesitado 69 golpes (3 abajo) en la segunda ronda, y con los 71 de la primera vuelta acumula 140 disparos, la mejor tarjeta de presentación atravesado el corte junto con los registros del alemán Alex Cejka, con quien iguala en la segunda plaza.
Solamente Rose soporta en cabeza, con 6 bajo par (138 golpes), un liderato que se ganó a pulso en la primera ronda. El británico aguanta (67+71), Olazábal y Cejka amenazan y un poco más atrás, a uno y dos golpes, flotan el coreano KJ Choi, el surafricano Ernie Els y los estadounidenses Charles Howel III, el golfista nacido en Augusta, y Davis Love III (hoy 67 tiros).
El Masters, por tanto, entra en el fin de semana con un marcado acento europeo, pero con la recuperación inquietante de Tiger Woods, el mejor del mundo, quien hizo 75 para empezar pero que hoy ha enmendado el desaguisado con unos 69 tiros y firmar tablas con el campo (144 golpes).
Olazábal acudió a Augusta tan desahuciado como cuando lo ganó por última vez, hace ya un lustro. El español es el jugador 134 del mundo, está más allá del 150 en la lista de ganancias del circuito estadounidense y lleva más de dos años sin ganar.
Una segunda jornada redonda
Esta mañana ha concluído con un birdie en el 18, el último de los dos hoyos que le quedaron para cerrar su primer recorrido, tras el aplazamiento la víspera por una fuerte tormenta. En ese instante se colocó en la octava plaza del Masters de Augusta con 71 golpes (1 bajo par), a cuatro del líder, el inglés Justin Rose.
Después, un birdie en el segundo hoyo tras un chip magistral pareció empujarle más aún, pero la querencia hacia la izquierda con los hierros y las dudas con el putt le privaron de marcar diferencias, aunque siguió agarrado al campo gracias a su conocimiento preciso del recorrido y su excelente juego alrededor del green. Atravesado el trago del Amen Córner, el jugador de Fuenterrabía se marcó un eagle colosal en el par 5 del hoyo 13, y luego dos birdies consecutivos que le llevaron a lo más alto del marcador.
Incluso, su último error, tras visitar el bunker del 18, no empañó la gesta del vasco en un día difícil, con calor y sol que endurecieron el campo y dificultaron los "greenes", aunque Olazábal se marchó con tan sólo 27 "putts".
"No creo que me transforme en Augusta. Sencillamente, creo que el conocimiento del campo me ayuda mucho. No creo que le haya legado diferente de cómo le he pegado a la semana pasada u otras semanas del año. Pero aquí sé cómo hay que jugar el campo y eso te da un pequeño margen", ha comentado Olazábal. "El campo ha cambiado mucho desde 1999", ha apuntado, no obstante, Olazábal tomando como referencia la fecha de su último triunfo en este torneo. "Han querido que el drive sea un palo decisivo en la bolsa y lo han conseguido. Eso es lo que más noto con respecto a los años en que gané. Me venía muy bien antes, cuando era más corto y más ancho. Ahora los hoyos son muy exigentes de salida", ha agregado.
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