Teresa Rivero abandona la presidencia del Rayo acosada por "los insultos" de la afición

La presidenta del Rayo Vallecano, Teresa Rivero, no aguanta más los insultos de la afición tras las derrotas que ha encarrilado el equipo en Segunda División y abandona el cargo. Así lo ha confirmado este mediodía su hijo, Álvaro Ruiz-Mateos, director general del club de Vallecas.

En un tono muy enérgico, el pequeño de los Ruiz-Mateos ha trasladado el hartazgo de su familia, propietaria del club desde hace 10 años, ante una situación que ha calificado de "vergonzosa e insoportable". "Estamos hasta las narices de la gente que insulta a mi madre y que no valorado lo que ha hecho por el Rayo Vallecano. Teresa Rivero dejará la presidencia. Es una decisión irrevocable", ha asegurado.

Insultos que duran ya un año

Los insultos dirigidos al palco no son algo nuevo en Vallecas. La actitud hostil de la grada comenzó la pasada temporada, cuando el equipo comenzó a deslizarse por el tobogán que conduce a la división de plata tras cuatro años en Primera. Las palabras altisonantes dedicadas a Teresa Rivero las comenzaron a proferir y orquestar una peña conocida como Los Bukaneros. Ahora, ya en Segunda, la tercera derrota de la temporada en casa, ante el Numancia (2-5), se tradujo en un clamor de indignación contra la presidencia. Y nuevos insultos para la esposa del empresario, que presenciaba el partido en el palco acompañado de numerosos nietos tras una comida familiar.

"La gente no tiene memoria. Después de diez años en los que mi madre se ha entregado por el equipo y ha renunciado a cosas de su vida y a otras empresas de la familia, es lamentable que la ocurra esto", ha denunciado su hijo. "Una mujer que se desvive por el Rayo que tenga que aguantar delante de sus nietos insultos tan graves de varios desgraciados. Es tan difícil de explicar que lo mejor es la decisión que hemos tomado. Abandona la presidencia y se corta de raíz una situación tan vergonzosa", ha añadido.

La directiva del Rayo Vallecano se reunirá de urgencia en el transcurso de la semana para nombrar un presidente interino, antes de decidir el futuro del equipo, que todo parece indicar a que se desarrollará lejos de la familia Ruiz Mateos, propietaria del club en la última década. "Ahora mismo no hay ni ganas de reunirse tras presenciar una escena tan surrealista. Yo no tengo ganas de seguir en mi puesto. Me dan ganas de salir corriendo porque mi madre no merece este final", ha concluido.