El Real Madrid gana en la noche de Reyes
Los madridistas arrancan el centenario del club venciendo al Deportivo y consiguiendo el liderato
Si la Liga fuese la Copa, la mejor final sería el duelo de esta tarde en el Bernabéu. Cara a cara, Real Madrid y Deportivo, los dos primeros clasificados, los dos últimos campeones, los dos máximos aspirantes al título. Pero no sólo eso. Con toda su pléyade de estrellas y el respaldo de su triunfal historia, el Madrid encarna el valor de la tradición que se conserva tan pujante como en sus mejores tiempos. Enfrente, el mejor epítome de los aspirantes, un Deportivo que en la última década ha pasado de jugar la promoción por la permanencia a instalarse entre los grandes, con una Liga y una Copa incluidas, en un viaje fascinante.
El Real Madrid ha recibido el mejor regalo posible en la noche de Reyes al conseguir un claro triunfo sobre el Deportivo, por 3-1, que le sirve para dar un importante golpe de efecto y arrebatar el liderato al equipo gallego.
En este partido, más que el título honorífico de campeón de invierno, que en realidad no sirve para nada, estaba en juego la dosis extra de moral que supone una victoria cuando el combate lo dirimen dos de los contendientes más poderosos.
Real Madrid y Deportivo protagonizaron un partido de muchos quilates, con un arranque espectacular y repleto de goles, uno de ellos, el de Zinedine Zidane, sólo al alcance de un genio del fútbol como el francés.
Javier Irureta no alineó como titular a Diego Tristán y dejó sólo en ataque a Roy Makaay, pero el Deportivo, en contra de lo que podía deducirse de esa apuesta, no fue el equipo temeroso que otras veces se ha visto en el Bernabéu, al menos en la primera mitad.
El primer gol no tardó en llegar y lo marcó el equipo blanco, en el minuto seis, gracias al coraje de Raúl, que peleó como sólo él sabe hacerlo por un balón largo que parecía inalcanzable y dio un gran pase a Morientes, dentro del área, que el delantero extremeño convirtió en el 1-0.
El golpe lo devolvió de inmediato el Deportivo. Una internada de Víctor por la derecha la cortó Pavón con un claro penalti y Makaay no lo desaprovechó (m.8).
El partido estaba como empezó: en tablas. Pero Zidane, dos minutos después, dibujó una acción de esas por las que merece la pena pagar una entrada para ver fútbol. Recibió el balón dentro del área deportivista, amagó a Héctor con la pierna izquierda, pisó el balón con la derecha, dejó por el camino al defensa del equipo gallego y, de nuevo con la zurda, batió a Molina con un potente disparo cruzado a media altura.
Tal vez impresionados por el golazo del francés, los dos equipos comenzaron a jugar a menos revoluciones a partir del minuto 10 y ofrecieron un primer tiempo equilibrado, intenso y muy táctico.
Hubo un par de ocasiones de gol por bando antes del descanso, y el comienzo de la segunda parte, como el de la primera, fue trepidante, con el Real Madrid decidido a aumentar su ventaja.
Raúl firmó el 3-1 con una gran jugada dentro del área, ante Donato y Naybet, que rubricó con un disparo con su pierna derecha.
Irureta había apostado por Tristán y Djalminha un par de minutos antes, pero el Deportivo quedó aturdido por el golpe que le infligió Raúl.
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