El Tau iguala la eliminatoria con el Madrid (95-74) y el quinto partido decidirá el rival del Barcelona

Fue el partido de los contrastes y de las reacciones fulgurantes por parte de ambos equipos. La esperada salida en tromba vitoriana, algo que incluía el guión inicial tras desplomarse en la recta final del tercer encuentro, se cumplió a rajatabla.

Aplicada con gran rigor en su quehacer defensivo, la formación de Dusko Ivanovic encontró las primeras grietas en el rígido bloque visitante. Nada menos que cuatro minutos, los que tardó el mayor de Alberto Angulo en convertir un tiro libre, fueron necesarios para que el Real Madrid viera aro.

Sin embargo, el grupo de Sergio Scariolo no se descompone con facilidad. El italiano es un estratega y conoce todos sus entresijos a la perfección, pero sobre todo conoce a un jugador, Elmer Bennett, al que dirigió durante dos años en la capital alavesa.

Sus constantes cambios defensivos desquiciaron a los locales. El trabajo oscuro de los pívots y la indudable calidad individual de sus exteriores hizo el resto y el partido experimentó un inesperado revolcón.

La inicial pájara visitante (11-0 m. 4) dio paso a un vendaval. Jiri Zidek sacó a relucir su privilegiada muñeca para colocar al Tau al borde del precipicio y lanzar al Real Madrid camino de la final (37-51 m.24). Entonces surgió Foirest para levantar a un equipo literalmente a la deriva.

El marsellés, tocado por una varita mágica, comenzó a anotar todo lo que le llegó a las manos hasta completar una actuación sin parangón desde que llegó a la Liga ACB. El francés anotó veinticinco puntos entre el minuto veinticuatro y el cuarenta y resucitó a un Tau que bordeó el adiós a la temporada.

La serie queda ahora pendiente del quinto choque con el Real Madrid tocado por el revés sufrido cuando tenía el duelo controlado y el Tau reforzado por la milagrosa reacción que Foirest desencadenó en el Buesa Arena.