La voz de Nadine Sierra ilumina la noche mallorquina en el Festival Cap Rocat

La soprano estadounidense eleva la gala operística de clausura de esta ascendente cita veraniega balear con la música clásica que contó con el tenor Francesco Demuro en sustitución de la soprano Pretty Yende

Un momento de la gala de clausura del festival Cap Rocat, con la soprano Nadine Sierra, el tenor Francesco Demuro y el director Pablo Mielgo, el 6 de agosto de 2023.Jose Urbano (Cap Rocat)

Cuesta creer que Nadine Sierra sea real, parafraseando la letra de Stephen Sondheim, en I feel pretty (Me siento guapa), del musical West Side Story. La soprano estadounidense (Fort Lauderdale, Florida, 35 años) cerró la noche del pasado domingo, 6 de agosto, su participación en la exitosa gala de clausura del malloquín Festival Cap Rocat con una versión fresca y encantadora de la popular canción de Leonard Bernstein (cuya melodía está inspirada ...

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Cuesta creer que Nadine Sierra sea real, parafraseando la letra de Stephen Sondheim, en I feel pretty (Me siento guapa), del musical West Side Story. La soprano estadounidense (Fort Lauderdale, Florida, 35 años) cerró la noche del pasado domingo, 6 de agosto, su participación en la exitosa gala de clausura del malloquín Festival Cap Rocat con una versión fresca y encantadora de la popular canción de Leonard Bernstein (cuya melodía está inspirada en el Minueto pastoral WO36, de Clementi). Pero fue, en realidad, un emotivo homenaje a su amiga y colega Pretty Yende.

La soprano sudafricana tuvo que cancelar in extremis su participación en esta gala por el reciente fallecimiento de su madre. Y Sierra no dudó en dedicar a Yende y a su progenitora esta canción, que en condiciones normales hubieran compartido sobre el escenario. E incluso con el mismo teatrillo visto en mayo pasado, en la Philharmonie de París, donde la sudafricana jugó con la letra de Sondheim en su primera intervención: “I am Pretty” (”Yo soy Pretty”).

El tenor italiano Francesco Demuro (Porto Torres, Cerdeña, 45 años) fue el reemplazo de última hora, al igual que en Budapest, el pasado 29 de julio, en el teatro al aire libre de la Isla Margarita. Un programa inicialmente pensado para las dos sopranos que tuvo que reconfigurarse en tiempo récord para dejar a un lado los duetos de Elisabetta, regina d’Inhilterra, de Rossini, y de Norma, de Bellini, y añadir escenas para soprano y tenor de Lucia de Lammermoor, de Donizetti, y La traviata, de Verdi. No obstante, tampoco faltaron varios hits para tenor como Una furtiva lacrima, La donna e mobile, O sole mio y Nessun dorma. Y hasta se añadió un pequeño fragmento de zarzuela.

Un momento de la actuación de la soprano Nadine Sierra en el festival de Cap Rocat, el 6 de agosto de 2023. Jose Urbano (Cap Rocat)

El resultado fue una experiencia memorable, tanto por lo artístico como por el enclave al aire libre del concierto: la parte más elevada de Cap Rocat, en Cala Blava. Esta antigua fortaleza militar excavada en piedra arenisca, declarada Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional, fue reconvertida en un lujoso hotel, en 2010. Una especie de teatro de los sentidos, ideado por el arquitecto Antonio Obrador, mimetizado con el edificio original y con el paisaje de esta zona protegida de la Bahía de Palma.

Desde 2021 alberga un pequeño festival de música clásica. Una propuesta que surgió, en plena pandemia, impulsada musicalmente por el director de orquesta Pablo Mielgo (Madrid, 47 años), titular de la Simfònica de les Illes Balears (OSIB). Una gala lírica que entonces arrancó con dos importantes voces baleares, la soprano Irene Más y el bajo-barítono Simón Orfila, y al año siguiente protagonizó la soprano Sondra Radvanoski. Precisamente, la incorporación de Ilias Tzempetonidis como director artístico, en 2022, un gestor vinculado al San Carlo de Nápoles (y antes a La Scala de Milán o la Ópera de París), impulsó decisivamente su conversión en un desfile de estrellas.

Vista de la gala de clausura, con la soprano Nadine Sierra, en el festival de Cap Rocat, el 6 de agosto de 2023. Jose Urbano (Cap Rocat)

Los tres días de la presente edición de 2023 arrancaron, el pasado 4 de agosto, con una versión en concierto de Cavalleria rusticana, de Mascagni. Un reparto de lujo encabezado por la mezzosoprano Elīna Garanča junto al tenor Michael Fabiano, el barítono Luca Salsi y la soprano Maria Agresta, que Deutsche Grammophon ha filmado y publicará a finales de agosto en su plataforma Stage+. Un concierto donde el director Henrik Nánási cubrió la baja por enfermedad de Nicola Luisotti al frente de la OSIB y al que siguió, el día 5, una clase magistral de Garanča y un recital del pianista Arcadi Volodos con obras de Mompou y Scriabin como homenaje a Alicia de Larrocha en su centenario. Cada cita tuvo lugar en una ubicación diferente de Cap Rocat, pues si la ópera se pudo ver en el auditorio de la parte alta con un aforo para unos 600 espectadores, el recital se ubicó en un salón donde unas 200 personas envolvían al pianista.

La gala de clausura, del pasado 6 de agosto, regresó al referido auditorio en una noche despejada que permitía ver las estrellas, aunque aderezada por un creciente viento. Se abrió con una versión correcta y fluida de la obertura de Las bodas de Fígaro, de Mozart, con Pablo Mielgo al frente de la OSIB. La flexibilidad de Mielgo brilló mucho más en el acompañamiento de las voces, empezando por la cavatina de Norina, de Don Pasquale, de Donizetti. Nadine Sierra comenzó, con la cabaletta So anch’io la virtù magica, su despliegue en encanto y pirotecnia con impolutos ataques en el do sobreagudo. Se le unió Francesco Demuro, en el finale primo de Lucia de Lammermoor. Fue su mejor momento musical, aunque también el más flojo de la orquesta. Pero ambos elevaron la cabaletta Verranno a te sull’aure y la culminaron afrontando el temible sobreagudo a dúo sobre “Su questo pegno allor!”

El saludo de la actuación de la soprano Nadine Sierra con el tenor Francesco Demuro y el director Pablo Mielgo en el festival de Cap Rocat, el 6 de agosto de 2023. Jose Urbano (Cap Rocat)

Demuro se mostró mucho más firme en el registro pleno y los agudos de trompetería (a veces exagerados), pues en las medias voces perdía algo de color. Lo pudimos comprobar en las arias más populares de L’elisir d’amore, de Donizetti, y de Rigoletto, de Verdi. Por el contrario, Sierra marcaba distancia en sus actuaciones en solitario. Quedó claro en su admirable vals Ah, je veux vivre del Romeo y Julieta, de Gounod, un título con el que debutará a finales de octubre en ABAO Bilbao Opera. Y especialmente en el finale primo de La traviata, que fue musicalmente lo mejor de la noche; al final de su cabaletta añadió un impresionante mi bemol sobreagudo, a pesar de que Verdi nunca lo escribió.

La segunda parte de la gala fue mucho más festiva. La amplificación, que contó con técnicos provenientes de los Proms londinenses, sonó ahora mucho más equilibrada, aunque tuvieron que lidiar con el viento. Los músicos de la OSIB lo sufrieron en la obertura de Las alegres comadres de Windsor, de Otto Nicolai, pero la pericia de Mielgo hizo que terminasen mucho mejor que empezaron. Sierra mostró, a continuación, su habilidad cantando en alemán Vilja-Lied, de La viuda alegre, de Lehar, y triunfó más en la polaca Me llaman la primorosa, de la zarzuela El barbero de Sevilla, de Nieto y Giménez. Demuro disfrutó recreándose en los dejes napolitanos y en los agudos de O sole mio y convenció menos en Nessun dorma, de Turandot, de Puccini. Por su parte, Sierra se llevó a su terreno Bésame Mucho, de la pianista Consuelo Velázquez (cuya melodía fue inspirada por el inicio de Quejas o la Maja y el Ruiseñor, de Granados). Ambos tuvieron su mejor momento musical de la segunda parte, en el dúo Parigi, o cara, de La traviata. Y no faltó, como propina, el famoso brindisi de la misma ópera aderezado con palmeados del público.

Ya están en marcha los planes para la cuarta edición del Festival Cap Rocat que contará, en 2024, con cuatro actuaciones musicales llenas de estrellas: además de una ópera en versión de concierto, un recital y una gala lírica, se añadirá un concierto sinfónico. Una cita veraniega con la música clásica en un marco incomparable que crece y se consolida, a pesar de sostenerse asociada tan solo a la Fundación Madina Mayurqa y de no contar con fondos públicos. Lo reconocía el fundador del festival, Antonio Obrador, el pasado 2 de agosto en el Diario de Mallorca. No obstante, en la gala de clausura se destacó la presencia de la nueva presidenta de las Illes Balears, Margalida Prohens, y del nuevo presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés.

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