‘Bienvenidos a España’, la rendija esperanzadora de los refugiados

El centro de la Comisión de Ayuda al Refugiado de Sevilla fue hasta hace poco el Club Maravillas, local de alterne con 33 habitaciones

Imagen de 'Bienvenidos a España'. En el vídeo, el tráiler.

No pocas veces los documentales sociales que se adentran en la inmigración y el refugio resultan pomposos, sentenciosos y graves, añadiendo dolor en el tono y en la forma, además de discurso en el fondo, a lo que es evidentemente dramático, pero también sin querer ver las rendijas de esperanza que pueden coexistir en las vidas de sus protagonistas. El tema es de una gran relevancia, pero eso no quiere decir que no quepan otras miradas. Por eso resulta tan novedosa la modulación...

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No pocas veces los documentales sociales que se adentran en la inmigración y el refugio resultan pomposos, sentenciosos y graves, añadiendo dolor en el tono y en la forma, además de discurso en el fondo, a lo que es evidentemente dramático, pero también sin querer ver las rendijas de esperanza que pueden coexistir en las vidas de sus protagonistas. El tema es de una gran relevancia, pero eso no quiere decir que no quepan otras miradas. Por eso resulta tan novedosa la modulación que Juan Antonio Moreno ha impuesto a Bienvenidos a España, documental que ofrece el recorrido de 18 meses de un grupo bien distinto de refugiados, llegados a un centro de Sevilla con unas particularidades históricas harto singulares.

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El centro de la Comisión de Ayuda al Refugiado de la ciudad fue hasta hace poco el Club Maravillas, local de alterne con 33 habitaciones, jacuzzis, pista de baile y garaje privado, situado en Torreblanca, el último barrio de Sevilla, ya junto a la autovía. Ahora se alojan allí, entre otros muchos, un marroquí huido de su país por ser homosexual, dos maduras lesbianas salvadoreñas y una familia libia formada por un matrimonio y sus 11 hijos, el menor de ellos, recién nacido. Como dice el propio Moreno desde la voz en off que guía la película: “Qué bonito sería que todos los puticlubs se vieran convertidos en centros de acogida”. Una narración con voz, cadencia y recursos no demasiado profesionales, lo que choca al principio, pero que luego va imponiendo su espontaneidad, su simpatía y su cercanía por encima de las carencias técnicas.

En ese largo trecho de año y medio, que es el tiempo marcado por el programa de acogida, vemos una parte de las dificultades de las criaturas con el idioma, con la cultura y con la burocracia. Pero, sobre todo, lo que observamos es su ilusión, sus avances, sus deseos y sus ilusiones. En ese contraste social y cultural entre la sempiterna fiesta sevillana —de la Semana Santa a la Feria, pasando por un Betis-Sevilla disfrutado en el campo— y los rostros de los refugiados ante su nuevo mundo, el documental de Moreno encuentra imágenes de enorme belleza, apoyadas siempre por el aliento del anhelo, y por un puñado de estupendas colaboraciones musicales que encajan a la perfección, entre ellas las de Fuel Fandango y El Canijo de Jerez.

Por supuesto que en la parte final, y más tratándose de un grupo amplio, también aparecen el fracaso, la desilusión y la pérdida, pero el lado de los logros, con el apoyo fundamental de trabajadores sociales y profesores, siempre permanece en primer plano.

BIENVENIDOS A ESPAÑA

Dirección: Juan Antonio Moreno.

Género: documental social. España, 2021.

Duración: 92 minutos.

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