La banda de Broggi tiene sed
El director estrenará en el Grec una obra de Wajdi Mouawad en la que los actores interactuarán con otros grabados en vídeo
Oriol Broggi, el director de La Perla 29, es un hombre apacible: se ha roto un dedo de la mano derecha y dice “así el confinamiento es más tranquilo”.También se le ha frustrado la gira de recorrer China durante mes y medio con Bodas de sangre, “pero trataremos de hacerla el año siguiente”. Me gusta este colofón (siempre con la sonrisa puesta): “De ánimo bien. Económicamente, un poco más terrible”. Representaban Només la fi del mon, de Lagarce, y ensayaban Assedegats, de Mouawad, cuando estalló la pandemia y hubo que parar.
“Decidimos gastarnos los ahorros para llegar todos a fin de mes, haciendo planes y dando conferencias para el público cada miércoles”. El objetivo teatral prioritario era poner en pie Assedegats en una nueva versión. Hablaron con Cesc Casadesús, el jefe del Grec, y en el teatro de La Perla optaron por quitar las gradas y dispersar las sillas por la arena para evitar contagios. Fechas de la función: del 6 al 17 de julio. “Nos dimos cuenta”, me dice, “de que es una obra sobre la necesidad de hacer teatro. Los protagonistas son tres actores muy jóvenes (Guillem Balart, Sergi Torrecilla, Carla Vilaró). La traducción del título es “sedientos”, por la enorme sed de vida de ese trío. Y de nosotros. Con una paradoja: la trama habla de un autor adolescente que quiere comerse el mundo, y escribe sobre una muchacha que no quiere salir de su habitación. La historia funciona muy bien porque tiene ecos de lo que está sucediendo”.
Broggi sigue hablándome de la nueva forma. “Los actores estarán un poco lejos del espectador. Los textos son monólogos, pero los actores interactuarán con otros grabados en vídeo. Puede verse en directo o en streaming. Así, hay una especie de juego de espejos con el vídeo, que Mouawad ya proponía en el texto, y la realización filmada que utilizamos en Cels, otra pieza del dramaturgo. También he de decir que otro detonante ha sido una Señorita Julia montada en la casa de Ostermeier, en Berlín: un espectáculo muy potente”.
El Grec, añade Broggi, también quiere hacer pruebas de cara al otoño, para comprobar la respuesta de la gente y si hay hambre de teatro. “Buscamos propuestas que engloben varios espectáculos posibles. Hablando con compañeros durante el confinamiento surgieron muchas ideas… con Zoom, videoconferencia…. imaginamos un teatro en ruinas, algo chejoviano, donde se entremezclan intérpretes y actores. Parte de ese material ha ido a parar a la pieza de Mouawad. Los adolescentes tienen que hacer un trabajo sobre la belleza en la sociedad actual. Dicen: ‘Los adultos creen que nos gusta trabajar con medios audiovisuales, cuando en realidad lo que nos gusta es estar cerca y en contacto con nuestros compañeros”. Le recuerdo que utilizaron fragmentos diversos bajo el título de Al nostre gust, como homenaje a Shakespeare. Y me responde que Bodas de sangre “te acercaba el sonido mientras los intérpretes estaban más lejos”. Y que lo que están haciendo “es más performático, mezclando moderno y clásico, sin abusar de pantallas”.
Le sigo preguntando por el plan del nuevo espectáculo. “Ya te digo: dos semanas, pero las haremos sobre la marcha, porque todavía no sabemos cómo funcionará la venta. Todo va ahora un poco más lento. Si se puede prorrogar, será un campo de pruebas de cara al otoño”.
Me cuenta que en otoño iba a dirigir Filumena Marturano, de su adorado Eduardo de Filippo, con Clara Segura y Toni Laudadio, el actor napolitano que vino a hacer Questi fantasmi hará diez años. "Toni aún no puede venir, pero queremos hacerla en Navidades o enero. Es una producción de diez intérpretes, y no podemos arriesgarnos a tener que parar los ensayos. Nos espera un sobreesfuerzo, eso está claro, pero estamos rebosando energía. Clara ha pensado en remontar Antígona, barajando enfoques nuevos. Yo me temo, eso también está claro, que el tejido empresarial del teatro va a quedar muy tocado, a la vez que detectamos esa euforia de reafirmarnos, querer hacer cosas y superarnos. No creo que hagamos un teatro muy diferente, pero saldrán nuevas ideas que pueden cambiar maneras de trabajar. En enero es muy posible que todos estemos habituados. Es un tópico cierto que el teatro ha estado siempre en crisis. Tenemos mucho que investigar, analizar cómo cambian los mecanismos mentales del público. Cuando pienso en el viaje a China y la visita de Toni Laudadio… Se me olvidaba decirte que cuando estalló la pandemia me iba a Berlín a conocer a los The Tiger Lilies. Son ingleses, pero adoran todo lo que se acerca al esperpento. Unos locos maravillosos, unos quijotes con los que quería hacer un caleidoscopio sobre Valle. Martes de Carnaval era una de las propuestas. Volveremos a contactar. ¿Más propuestas? La próxima primavera, una adaptación sobre la novela Canto jo i la muntanya balla, una preciosidad. Quiero tener a Lluís Soler como Próspero de La tempestad y Birman, un monólogo de un actor que ha de hacer de Duncan. Lo ha escrito Víctor Sunyol, un poeta de la plana de Vic. Y montar Tous des oiseaux, de Mouawad, otra obra maestra".
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