Luis Bermejo: “La intimidad está sobrevalorada”
El actor participa en el ciclo de 'Teatro confinado' que ha ideado la Abadía para la cuarentena
En los últimos años, Luis Bermejo (Madrid, 1969) ha sido el rey Juan Carlos, el padre de Magical Girl y el conmovedor payaso del monólogo que lleva varias temporadas interpretando en los escenarios. Ahora se ha lanzado a participar en el ciclo de Teatro confinado que ha ideado La Abadía para la cuarentena con una obra creada ad hoc, titulada Informe lejía, que interpreta por videollamada desde su casa.
¿Qué está leyendo esta cuarentena?
En la mesa, poesía: en estos momentos, Jesús Lizano, José Luis Hidalgo y Eloy Sánchez Rosillo. En la mesilla, La tierra de Alvargonzález y El Quijote. Y aquí, al lado, La larga marcha, de Rafael Chirbes.
¿Ve películas? ¿Series?
Solo he visto la serie Unorthodox. Veo mas películas. Recomiendo Huida a medianoche, de Martin Brest. Y, sobre todo, Billy Wilder: Bésame tonto, Uno, dos, tres, Testigo de cargo, Días sin huella, Perdición, Irma la dulce, Berlín Occidente...
Hay también bastante oferta de obras de teatro grabadas. ¿Ha visto algo? ¿Qué nos recomienda?
Lo último que he visto de teatro ha sido A Louer, de Peeping Tom, y algo opuesto, un Estudio 1 de 1973 con Jose Bódalo, Queta Claver, Pedro Osinaga, Amparo Baró, Ángel de Andrés… Los extremeños se tocan. Menudo material.
¿Cree que el formato de "teatro confinado" es aprovechable para el futuro?
La gente va al teatro a ver desborde de vida. El actor respira, presta el cuerpo y recuerda frente al público. En el teatro hay tierra. No sé qué será de este formato, por el momento a mí me está sirviendo para esperar, compartir, explorar, sentir, vivir, expresar… muchas veces sin lograrlo. La aspiración ha de ser siempre poética. No hay un sol que brota en el escenario. Estoy solo con una alegría inmensa en una oscura niebla.
¿Qué le llevó a ser actor?
Sanar la fragilidad, el miedo, la herida y mil temblores subterráneos.
¿Cuál es su obra teatral favorita?
Todavía recuerdo cuando en el colegio nos llevaron a ver Los cuernos de Don Friolera, de Valle-Inclán.
¿Qué película estaría viendo eternamente?
Atraco a las tres, de José María Forqué.
¿Qué canción escogería como autorretrato?
Sonho meu, con Maria Bethânia y Gal Costa.
Si no fuera actor, ¿qué le gustaría ser?
Una golondrina azul de primavera. Así podría ir a la ventana de esa amada y decirle: acércate hasta palpar este sueño.
¿Qué está socialmente sobrevalorado?
La intimidad. El ego está desatado.
¿Qué papel no aceptaría jamás?
Oye, que maximalista.
¿Ha pensado qué es lo primero que hará cuando termine el confinamiento?
Primero, ir a abrazar a mis padres. Después, ir a respirar y retozar en la naturaleza de mi pueblo. Loco estoy por saltar, sin red, a por ese abrazo acompañándolo de una profunda respiración.
¿A quién le daría el Premio Nacional de Teatro?
A todos los espacios utópicos que iluminan con una hora de presente.
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