Las consultas al ‘Diccionario’ de la RAE baten su récord con 100 millones en abril

En los dos meses de confinamiento que se cumplen hoy, jueves, los encerrados han dedicado muchas horas a hacer limpieza de papeles y objetos inútiles, a cocinar, a ver más televisión que nunca… y también a teclear en el buscador del Diccionario de la Lengua Española (DLE) las palabras más pronunciadas estas semanas. Agunas ya existían y otras están pendientes de ser premiadas con una definición en la obra lexicográfica por excelencia de la lengua española. El afán por buscar el significado de términos ha llevado al Diccionario a reg...

En los dos meses de confinamiento que se cumplen hoy, jueves, los encerrados han dedicado muchas horas a hacer limpieza de papeles y objetos inútiles, a cocinar, a ver más televisión que nunca… y también a teclear en el buscador del Diccionario de la Lengua Española (DLE) las palabras más pronunciadas estas semanas. Agunas ya existían y otras están pendientes de ser premiadas con una definición en la obra lexicográfica por excelencia de la lengua española. El afán por buscar el significado de términos ha llevado al Diccionario a registrar en abril 100 millones de consultas, su récord de largo, según ha informado la RAE en un comunicado.

El anterior dato, de marzo, era de 84 millones de consultas y en febrero fueron 66, lo que supone un incremento del 34% en e uso de la herramienta digital del Diccionario. Fuentes de la institución han señalado a EL PAÍS que normalmente “el pico de las visitas se produce entre las 17.00 y las 21.00 porque es la franja horaria en la que se suma la actividad española, que va decreciendo, con la americana, que va en ascenso”.

“Es gratificante que tanta gente asuma la autoridad de la Real Academia Española (RAE) para dictar normas lingüísticas”, ha declarado a EL PAÍS el director de la institución, Santiago Muñoz Machado, que insiste en que se hable de Diccionario de la Lengua Española porque es una obra que se actualiza entre las 23 “academias de la lengua española existentes en el mundo”. Las tareas de revisión constante tienen su próxima meta en la nueva edición del Diccionario, la 24ª, “que será nativa digital”, ha añadido. De acuerdo con esto, se piensa en la versión en línea primero y luego en su versión de papel, justo al revés de lo que ha ocurrido hasta ahora.

Como era previsible, entre las palabras más buscadas en el mes de abril destacan las relacionadas con la crisis del coronavirus: cuarentena, confinamiento y pandemia. También hay una clasificación aparte con las más buscadas que aún no están en el Diccionario, para frustración de los usuarios y aviso a los académicos. Entre estas destacan “desescalada”, “desescalar”, “coronavirus”, “sanitizar” o “covid”. Una cuestión sobre la que Muñoz Machado remite a la manera de funcionar la RAE: “Verificamos la fuerza de los neologismos, la de los vocablos que responden a modas pasajeras y el paulatino descenso del uso de otros. Nuestro Instituto de Lexicografía hace un seguimiento minucioso de la evolución del vocabulario, y los académicos son los que definen y resuelven sobre las transformaciones del Diccionario”. En cualquier caso, como adelantó este diario, la RAE ahora debate una definición de coronavirus y otras palabras de la pandemia para incluirlas en el Diccionario.

En el ranking de las que sí están recogidas en el Diccionario, aparecen términos de otros campos como “robot”, “resiliencia”, “echar”, “rallar” (en ambos casos probablemente por ver cómo se escriben) o un clásico en esta lista, “bizarro”.

Por temática, son mayoritarias las búsquedas relacionadas con la situación excepcional actual, con palabras como “estado”, “virus”, “epidemia”, “confinar”, “velar”, “contingencia”, “diezmar”, “cuidar”, “concienciar”, “barbijo”, “casa”, “confinado”, “escalar”, “paro” o “tapaboca”.

Verbos

Otra tendencia que han notado es la RAE es “los numerosos verbos en las consultas del último mes”. Echando un vistazo, no son sobre términos médicos o científicos, sino sobre esta convivencia, que no es siempre apacible: “errar”, “callar”, “prever”, “rebelar”, “querer”, “procrastinar”, “pasar”, “hartar”, “huir”, “partir”, “deber”, “corregir”, “andar”, “jugar”, “amar”, “salir”, “escalar”, “enajenar”, “exacerbar”… quién no ha pronunciado algunos de ellos en estos dos meses.

Y de la acción, a la calificación. Por adjetivos han descollado: “soberbio”, “solo”, “inefable”, “harto”, “mezquino”, “ortodoxo”, “inocuo” o “vano”. Otros términos que han experimentado un subidón, según la RAE en las últimas semanas son: “derecho”, “bulo”, “ciencia”, “democracia”, “plausible”, “ignominia”, “fascismo”, “escusa”, “demagogia”, “cultura”, ...

La RAE, que recuerda que el acceso a la herramienta digital del DLE cuenta con la ayuda de la Fundación La Caixa, pone su granito de arena en la definición del presente con los términos que escoge para su sección Palabra del día, que se muestra, cada vez que se hace una búsqueda, en la parte derecha de la pantalla. Este anzuelo ha elevado el interés por voces poco conocidas: petrificar, egresar, fauces, crisopeya, humus, guaca, suntuario, metiche, fisco…

Por último, hay otra vía de comunicación con los hispanohablantes, a través de la cuenta de Twitter @RAEInforma, a través de la que se han resuelto 17.617 dudas desde el 12 de marzo hasta el 12 de mayo. Recientemente, quizás por tantos días a vueltas con la desescalada, preguntaba un internauta: “Cuando escribes el nombre de alguien detrás de la pregunta, ¿dónde va el signo de interrogación? ¿Has ido a escalar, César? o ¿has ido a escalar?, César”.