Codicia
‘Metanol: El líquido de la muerte’ es una de las muy escasas series checas que llegan a estos pagos
Metanol: El líquido de la muerte (Amazon Prime Video) es una de las muy escasas series checas que llegan a estos pagos. Una producción modesta en la que, una vez más, una serie realza su valor antropológico, aunque es evidente que para sus responsables lo esencial era la trama.
Una historia elemental y terrible basada en hechos reales: en 2012, en la República Checa, se produce unos de los envenenamientos masivos más letales de su historia: 38 víctimas mortales y 80 heridos graves por la adulteración de vodka y ron con metanol. Un químico a punto de ser despedido de su empresa tiene la ocurrencia de mezclar metanol con etanol para abaratar los costes de producción, precio que resulta atractivo para una serie de pequeños lumpenempresarios a los que la codicia anula cualquier atisbo de escrúpulos. Nada que ver con los elegantes y educados delincuentes de las preferentes.
Llama la atención en esta serie de dos capítulos el que las autoridades políticas decidan perseguir desde un primer momento a los responsables del desastre, incrementando incluso el presupuesto de la brigada policial adscrita al caso. Nada que ver tampoco con el caso español de la adulteración del aceite de colza en la primavera de 1981: 1.100 muertos, el envenenamiento de otras 60.000, de ellas 25.000 con secuelas irreversibles, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios. El entonces ministro de Sanidad en el Gobierno de Calvo Sotelo, Jesús Sancho Rof, tenía claro el origen del síndrome tóxico: “Es menos grave que la gripe. Lo causa un bichito del que conocemos el nombre y el primer apellido. Nos falta el segundo. Es tan pequeño que, si se cae de la mesa, se mata”. Un lujo
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