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Columna
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Genética

'Hanna' tiene mucho en común con la saga de Jason Bourne

Ángel S. Harguindey
Esme Creed-Miles en 'Hanna'.
Esme Creed-Miles en 'Hanna'.

En 2011 se estrenó Hanna, un largometraje en el que se narraba la historia de un padre perseguido implacablemente por la misma organización gubernamental a la que había servido, acompañado por una hija recién nacida. Refugiados durante 15 años en un inclemente bosque del norte de Polonia, Hanna fue adiestrada por su padre para la supervivencia en las condiciones más extremas no solo frente a la naturaleza, sino también frente a quienes acosaban a su maestro.

En marzo de 2019, Amazon lanzó con una notable campaña publicitaria Hanna, la que, previsiblemente, será una de sus series-estrella de la temporada. Ocho capítulos que, lógicamente, amplían la historia original. David Farr, el guionista de los dos productos, explicó que quería abordar la historia de nuevo porque la película solo contaba una parte de la historia. "En su esencia, trata de una historia de madurez sobre una chica que está tratando de encontrarse a sí misma". Es una forma de describir una trama en la que la violencia, la acción y unas espectaculares localizaciones, desde Polonia a Rumanía, Inglaterra, Marruecos e incluso Almería, entretiene a quienes gustan del género.

La joven Esme Creed-Miles entronca con el Matt Damon de la excelente saga de Bourne, un exagente adiestrado para matar que también trata de encontrarse a sí mismo. Hanna y Jason Bourne, por distintas razones, son perseguidos por la CIA, esa contemporánea encarnación del mal, y ambos han sido objeto de experimentos genéticos en aras de alcanzar la creación de un ser superior. Entre las curiosidades de la entretenida serie cabe destacar el que el perseguido, Joel Kinnaman, y la perseguidora, Mireille Enos, ya habían sido compañeros de fatigas en la excelente The Killing.

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