Diez misiles balísticos por el precio de dos
'Situation Rooms', del colectivo alemán Rimini Protokoll, es una experiencia documental en vivo entretenida y pertinente
Teatro sin actores ni butacas, interpretado por el propio público, que debe seguir un trayecto intrincado. Situation Rooms, del colectivo teutón Rimini Protokoll, se desarrolla en el interior de un artificio escenográfico construido en un hombro del enorme escenario de la sala roja de los Teatros del Canal. Veinte espectadores recorren cada uno por su cuenta 10 itinerarios diferentes establecidos a través de auriculares y por medio de una película filmada en los lugares que ahora atraviesan.
Esta experiencia documental en vivo concebida por Helgard Haug, Stefan Kaegi y Daniel Wetzel reúne dos espectáculos simultáneos: el de la decena de historias reales que los espectadores intérpretes encarnamos mientras nos están siendo narradas, y el que sin pretenderlo nos brindamos unos a otros deambulando ensimismados por un dédalo jalonado de puertas, pasadizos, escaleras, habitaciones y pasillos. Entretanto, intentamos infructuosamente asimilar el caudal de información que se nos ofrece sobre las peripecias de un niño soldado, un reportero bélico, un fabricante de armas…
Al principio, el nivel de atención necesario para no perderse es tal que resulta imposible seguir en detalle lo que se nos cuenta, pero al cabo el nexo entre relatos se hace palpable y acaban calando como lluvia fina: todos ellos hablan del negocio de la intimidación a gran escala. Amedrentar y domeñar a los pueblos que no comulguen con las creencias dominantes en otros pueblos más poderosos o que les muerdan a estos un pedacito del pastel geoestratégico es una de las tareas que más oportunidades de negocio, puestos de trabajo y perspectivas de futuro ofrecen hoy.
La fabricación de material militar; su distribución, puesta a punto y mantenimiento, y la venta de servicios de energía, telecomunicaciones y construcción de infraestructuras ligada a la firma de contratos de defensa, tales son los temas de este espectáculo.
Situation Rooms concilia el carácter narrativo del reportaje periodístico con la espacialidad de los laberintos del Teatro de los Sentidos de Enrique Vargas y la vocación miniaturista del teatro poético de los Hermanos Oligor. No obstante su acabado de filigrana, al cabo de unos días no me ha dejado la pronunciada huella que me dejó en su momento Cargo Sofía-Madrid, relato documental en primera persona de dos transportistas de mercancías. A lo largo de cinco horas de excursión en un tráiler frigorífico, ambos resumían su abracadabrante peripecia cotidiana a los 54 espectadores que trasladaban de Legazpi a Mercamadrid, de la estación del Abroñigal al polígono industrial de San Fernando de Henares, lugares clave de la distribución alimentaria madrileña. Ese periplo era una versión a escala local del que sus relatores hacían entre Bulgaria y España.
Como en Situation Rooms solo pueden entrar 20 espectadores por función, los Teatros del Canal ofrecen tres vespertinas y una matinal diarias. La experiencia resulta entretenida y pertinente, especialmente el relato que nos traslada a un idílico paraje alemán que no ha dejado de arrojar leña a todos los fuegos bélicos habidos desde la II Guerra Mundial.
Situation Rooms. Compañía Rimini Protokoll. Teatros del Canal. Madrid. Hasta el 1 de febrero.
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