Un nuevo comienzo para el ‘novato’ Nathan Fillion
El actor de 'Castle' produce y protagoniza 'The Rookie', donde da vida a un hombre en la crisis de los cuarenta que quiere ser policía
“No cuesta nada decir algo amable”. Así se presenta a sus más de tres millones y medio de seguidores en Twitter esa estrella de la televisión algo chapada a la antigua que es Nathan Fillion. Los buenos modales de este canadiense de 47 años son una de sus armas, al igual que ese físico con el que se ha ganado innumerables seguidores. Podría ser el nuevo George Clooney, siempre con una frase amable y un guiño. O también un Matt Damon, otra alma vieja y educada, con el que coincidió en el reparto de Salvar al soldado Ryan, la película de Steven Spielberg que Damon protagonizó y en la que Fillion era “el otro” Ryan.
El intérprete encarna ahora a un policía novato cuarentón en la serie The Rookie (TNT, 22.15). Tan novato como asegura sentirse al producir y protagonizar esta ficción después de 25 años de carrera profesional y con un gran éxito como Castle a sus espaldas.
“Es una gran suerte sentirme así, como alguien que empieza. Cada trabajo es una suerte”, comenta a EL PAÍS. Parece sincero, aunque su popularidad le precede. No será George Clooney, pero hace ya años que Joss Whedon le sacó del anonimato con la producción de ciencia ficción Firefly, estrenada en 2002, y su continuación cinematográfica, Serenity.
Su papel como escritor metido a detective en Castle no hizo más que confirmar su popularidad. “No solo es una suerte trabajar, sino sentirte como el nuevo. Porque, como le pasa a mi personaje, no sabes cuántas veces soy el más viejo del trabajo. ¡Pregúntaselo a mis rodillas!”, bromea.
The Rookie parte de una anécdota real, la de un hombre en la crisis de los cuarenta que buscó una nueva carrera en la policía de Los Ángeles. Hasta ahí llega la realidad, o quizá ni siquiera, porque, como recuerda Fillion, el límite de edad para ingresar en ese cuerpo policial se sitúa en los 37 años “o muy por debajo de mi edad”.
En cada ocasión que se le ve corriendo en The Rookie es él quien corre, recalca. “Y por cada carrera que se pega un policía, yo he tenido que echarme a correr como seis veces por toma, Hollywood Boulevard arriba, Hollywood Boulevard abajo. Da igual que seas policía o actor, el baño de sales te está esperando al final del día”, describe.
Para preparar este papel entrenó en la academia de policía junto a otros reclutas y conoció al novato ya entrado en años en el que se inspira su personaje. De esa experiencia dice haber sacado un gran respeto por el sacrificio personal de los agentes. Pero sabe que él utiliza todos los trucos posibles para sobrellevar mejor el día a día, desde utilizar réplicas de goma en el cinturón reglamentario lleno de artefactos que porta cada uniformado (arma reglamentaria, esposas y “un walkie talkie que pesa tres kilos, cuando cualquier teléfono móvil es más ligero que una pluma”) hasta acolchar el uniforme en algunas partes para evitar, por ejemplo, que la porra le golpee al correr. “Además de utilizar a Paul como doble de acción cuando no me ves la cara”, añade con humor.
El actor se muestra satisfecho con la serie, aunque admite que de no ser por Alexi Hawley, creador de The Rookie y productor ejecutivo de Castle, probablemente no habría accedido a abordar otro trabajo televisivo con tanta prontitud. “Llevo lo suficiente en esta profesión como para poder decir no, pero también para saber que hay oportunidades que no hay que dejar pasar”, resume.
El ciclo de la vida laboral
Además de ser un soltero impenitente, un friki amante de la ciencia ficción y un adicto al trabajo, Nathan Fillion es realista. "Es el ciclo de la vida. Durante muchos años era el más joven del set, el hijo. De ahí pasé a ser el tío, y de pronto fui el padre de hijos cada vez mayores", describe sobre su carrera. Pero no tiene quejas. Su salto al cine nunca se ha materializado, a pesar de la oportunidad que le brindó Salvar al soldado Ryan, trampolín para una nueva hornada de actores. "Habría sido fantástico, pero lo que siguió fue un año de paro", se ríe ahora. "Como me dijo recientemente Spielberg, contratarme para ese trabajo fue una cosa, pero labrarme una carrera como la que me construí a continuación es otra muy distinta".
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