Josep Cuní: “Hay vida más allá del ‘procés’ y, además, es inteligente”
El periodista estrena el lunes 'Aquí, amb Josep Cuní' en SER Catalunya
Al ritmo de una música sincopada, mezclada por sintetizadores y con una percusión dominante —con marcha, pero sin estridencias— , se oirá mañana, por primera vez, el saludo “Bon día, Catalunya, bon día, Andorra” del periodista Josep Cuní en el estreno de un nuevo magacín radiofónico diario de 7.00 a 12.00 y nueva emisora: Aquí, amb Josep Cuní de SER Catalunya. Un nuevo proyecto de la cadena SER para Cataluña (y también Andorra) que emitirá en catalán en buena parte de su parrilla en 17 emisoras de Cataluña y Andorra. Cuní (Tiana, 1953) vuelve a la cadena donde empezó en 1972 en Radio Terrassa, asociada a la SER. Cuatro años después se incorporó a Radio Barcelona— “escuela de maestros de la radio”, la llama— para continuar durante 20 años más en diferentes emisoras de radio catalanas. A Cuní se le considera uno de los artífices de la fórmula del magacín de las mañanas radiofónicas. Los últimos 15 años estuvo vinculado a TV3 y a 8TV. Este lunes, de salida, cuenta con dos invitados de peso político, el presidente del Parlament, Roger Torrent, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Pregunta: ¿Por qué vuelve a la SER?
Respuesta: Lo cierto es que no te puedes negar si te proponen recuperar aquellos orígenes, la esencia de los magacines, readaptarlos a la época actual, intentar apartar las desviaciones en negativo que se han producido y todo con un único encargo: hacer periodismo.
P. ¿Qué aportación nueva hará en el programa?
R. Quiero buscar puntos de encuentro de todos, piensen lo que piensen. Ahora más que nunca necesitamos hablar más de lo que decimos que hablamos y sobre todo hacerlo con los que no piensan como nosotros. Vengo con la intención de hacer más preguntas que dar respuestas. Es un tiempo de plantear las dudas razonables que es la base del periodismo: preguntar, observar la realidad y procurar que contesten todas las personas que tengan alguna respuesta por diferentes o antagónicas que sean. Contaré con muchos y muy distintos colaboradores. Personas conocidas de los medios, otros que no lo serán. Quiero hacer compatible la pluralidad ideológica y de opinión y también a todos los segmentos sociales por cuestiones de edad o género.
P. ¿Cree que se tienen que reformular los magacines de radio?
R. Se ha tendido a marcar dos programas en uno solo y separar la parte informativa más contundente en la primera hora de la mañana y la parte más light a la segunda hora. Y yo lo veo diferente: tan importante es incorporar lo light en la primera hora, porque forma parte de nuestra vida, como continuar con la información en la segunda parte. Hay que apostar mucho más por hablar de aspectos de nuestra cotidianeidad que a veces no tienen tratamiento periodístico. En cambio, se habla demasiado de política. Es evidente que el procés es importante pero hay vida fuera de él y, además, es inteligente.
P. ¿Eso quiere decir que la política no tendrá peso?
R. Dependerá de la actualidad, como cualquier otra información.
P. ¿Qué será lo que llamará más la atención?
R. Soy consciente de que en más de un sector más que escuchado seré escrutado porque por razones diversas se me querrá tener muy diseccionado. Es lógico que mi retorno provoque dudas razonables, desde personales a sociales.
P. ¿Y políticas?
R. ¿Qué habrá interpretaciones políticas? Por supuesto. Lo sé desde el primer día que me lo ofrecieron. No me importa, y los que me conocen saben que no es fácil etiquetarme.
P. Se le situó durante mucho tiempo en la órbita nacionalista, sobre todo de Jordi Pujol…
R. Eso fue una campaña montada por los socialistas cuando estaba en Catalunya Ràdio. Luego, los convergentes me tacharon de socialista en la época que estuve en COM Ràdio….
P. Y, ahora, ¿cómo le etiquetarán?
R. Que me escuchen y que decidan. Si después de tantos años de trabajar en medios públicos audiovisuales no hubiera aprendido que la proyección pública comporta cosas favorables y otras que no…. es que no habría entendido nada de este negocio y creo que lo entiendo. Por eso me he metido ahora en este lío, cuando ya he cumplido la edad de la jubilación.
P. ¿Será que le va la marcha?
R. Sí, porque podía vivir tranquilamente, como este último año con los reportajes de Cuatro —a propuesta de Mediaset y Paolo Vasile— que me han permitido ir por el mundo. Yo estaba muy cómodo y por primera vez tenía elasticidad horaria. Ahora he decidido volver a madrugar como lo hice durante 27 años, levantarme a las 4 de la madrugada y ponerme a la disciplina/dictadura de un programa de actualidad en directo.
P. Coincidiendo con Jordi Basté en RAC1, Mònica Terribas en Catalunya Ràdio y Pepa Bueno en la SER en la misma franja horaria. ¿De dónde arañará audiencia?
R. Es el gran tema. Es cierto que la audiencia en catalán tiene dos faros muy potentes que hacen muy buena radio y eso a mí me lo pone muy difícil. En la radio hay una parte intuitiva y una racional. La primera me dice que puede haber un agujero, pero lo tengo que encontrar. En cuanto a la competencia dentro de la SER entre mi programa y el de Pepa Bueno, solo puedo decir que soy amigo de Pepa, me acogió en el Hoy por Hoy, y si la empresa lo ha decidido es por una apuesta de presente y de futuro.
P. Dice que el encargo es “hacer periodismo”. ¿Qué relación debe tener el periodismo con las redes sociales?
R. Se les debe tener presentes porque han venido para quedarse pero no deben ser nuestra dictadura. En mi opinión, son una buena base para el periodismo pero, por sí mismas, no lo son. El periodismo si no lo hacen periodistas, no es periodismo. Y si creemos lo contrario, es que tenemos nuestra autoestima muy baja o no existe. El periodismo se tiene que nutrir de las aportaciones de las redes sociales para entender el fenómeno que son pero no se tiene que dejar de hacer periodismo. Lo que no puede ser es que se difunda un tuit en la radio, en la tele, aunque no se le de credibilidad. Así se confunde la credibilidad que nos concede el oyente.
P. ¿Hemos salido perdiendo como profesión?
R. Yo creo que hemos salido perdiendo como sociedad. Hay otro problema y es que los medios de comunicación, especialmente los públicos, tienen casi total dependencia del dinero público o en forma de subvención en el caso de los privados y eso a veces obliga o condiciona.
P. A TV3 la tachan de seguir el dictado independentista…
R. Yo creo que TV3 es menos sectaria de lo que una parte de la sociedad quiere hacer creer que es. Y que, curiosamente, es un segmento de gente que hasta hace tres meses no veía sectaria a TVE y ahora la critica porque está sorprendiendo gratamente a su audiencia explicándoles cosas de Cataluña que no conocían antes. TV3 es un medio muy importante de Cataluña pero recuerdo que tiene un 17% de cuota de pantalla y el otro 86% ve el resto de canales. ¿Es que el espectador es tan gregario que comulga con todo lo que dicen? Hace falta un poco de respeto para las personas.
P. Una vez dijo que la situación política catalana era como las series de Netflix....
R. Quería decir que los guionistas de las series que triunfan de esa plataforma tienen que crear novedades para que la serie esté viva y, a ser posible, para renovar una segunda o tercera temporada. Políticamente se está jugando bastante a eso aunque yo creo que a los guionistas políticos catalanes hace tiempo que el guion se les ha escapado de las manos, el argumento se ha desmadrado, están improvisando y hacen capítulos sin sentido. El resultado es que hay muchos espectadores que abandonando la serie …
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