Torrentera
La ponderación de Juan Carlos Quer en 'Espejo público' y 'El programa de Ana Rosa' resulta edificante en un país donde la embestida y el rebuzno son virtudes teologales
La ponderación de Juan Carlos Quer en Espejo público y El programa de Ana Rosa resulta edificante en un país donde la embestida y el rebuzno son virtudes teologales. Los promotores de la campaña para mantener en el Código Penal la prisión permanente revisable, que la oposición quiere derogar desde octubre, difícilmente hubiera podido elegir mejor portavoz.
Contrariamente a los deudos que exigen enterrar vivo al reo absuelto del doble crimen de Almonte, el sosiego de este hombre asombra. Acaba de descubrir que su hija Diana fue salvajemente asesinada y arrojada a un pozo de aguas estancas con dos bloques de ladrillo atados al cuerpo, y se manifiesta sin bilis ni mataderos.
Su entereza en los platós casa con la reflexión de Da Vinci resucitada estos días por admiradores del sabio florentino, a quien no tengo el gusto de haber leído: “quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz”. Algo tendrán que ver en su templanza las creencias religiosas del nuevo cruzado.
Creyente, agnóstico o ateo, sincero o engañoso, el tono de Quer es ejemplarizante. “No eres la culpable, tienes mi perdón”, le dijo a la madre del presunto asesino, según reveló a la SER. Confiesa que le mueve el impulso de su hija “desde el cielo”, que su muerte debe tener un sentido. La fe mueve montañas y firmas.
La campaña a favor de la figura penal aprobada en 2015, que impulsan las familias de Diana Quer, Candela y Amaia Oubel, Marta del Castillo, Mari Luz Cortés y Ruth y José Bretón, se acerca al millón y medio de apoyos.
Las generalistas abordaron la crónica negra con una intensidad opresiva, y aludes de desgarros y recordatorios que también sepultaron a La mañana de La 1. Con su pan se lo coman las privadas, pero la pública debiera evitar el contagio y constituirse en refugio de los televidentes arrastrados por la torrentera del tremendismo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.