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Columna
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Cara y cruz

'Inteligencia colectiva' presenta todos los indicios de que será una serie entretenida sin alcanzar ninguna cumbre inolvidable.

Ángel S. Harguindey

El mismo día en que el president Puigdemont parodiaba lamentablemente al Groucho Marx presidente de Libertonia en Sopa de ganso, la cadena de pago TNT estrenaba una nueva serie, Inteligencia colectiva. Pocas veces como indica el título y el entorno político del responsable de la Generalitat, la ficción y la realidad estuvieron más alejadas.

La serie arranca con la oferta de un magnate de las nuevas tecnologías de dar 100 millones de dólares a quien aporte nuevas pruebas para descubrir al asesino de su hija pues está convencido de que quien cumple condena por el suceso no es el culpable. Al mismo tiempo anunció que había creado una nueva red social digital para que los ciudadanos aportaran cuantas pruebas pudieran ayudar a resolver el crimen. La nueva red social demuestra poco después su eficacia y aunque no resuelve el crimen de la hija del protagonista, consigue que sea detenido un violador y asesino.

Inteligencia colectiva presenta todos los indicios de que será una serie entretenida sin alcanzar ninguna cumbre inolvidable. Además del programa piloto que se pudo ver el pasado jueves tiene a su favor el que está creada por Ted Humphrey, productor de series como la excelente The Good Wife. Pertenece a esas ficciones que demuestran una vez más el profesionalismo de la industria audiovisual estadounidense: buenos actores, hábiles guionistas, presupuestos importantes y una evidente destreza para intuir los temas más actuales.

En este caso lo que subyace bajo la trama es una reivindicación de las muy populares redes sociales en un tiempo en el que las noticias negativas sobre ellas son cada vez más frecuentes. Para ningún usuario habitual es una sorpresa el que contienen indistintamente la cara y la cruz del comportamiento humano: desde las ventajas de la inmediatez, de la inexistencia de fronteras, del aumento de las posibilidades sanitarias o científicas a la bajeza de los insultos anónimos, las manipulaciones electorales o los infundios. Inteligencia colectiva apuesta por las ventajas.

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