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sillón de orejas
Columna
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Chesterton como consuelo

Agotado por la insoportable cacofonía mediática de un conflicto de imposible solución (decente), envidio el libérrimo talante del escritor británico

Manuel Rodríguez Rivero
La actriz Claire Danes, en la serie 'Homeland'.
La actriz Claire Danes, en la serie 'Homeland'.

1. Jericó

Suponiendo que aún quede alguien que lea esta página, le recuerdo que hoy, sábado, estamos en vísperas de que las huestes de Puigdemont, uno de los irrisorios Josués de este “estimulante” periodo en que nos ha tocado desvivir, se apresten a hacer sonar el shofar de las problemáticas urnas que presuntamente derribarán las murallas del Jericó de 1978. Claro que, dado el rampante encabronamiento de los chantajistas y sus comparsas de un lado, y de los estólidos e inútiles mudos de otro, todo puede haber cambiado antes. Y no para mejor, precisamente. Frente a las magancerías e insultos a nuestra inteligencia de unos y otros, la tan infravalorada equidistancia se me antoja una virtud de filiación casi teologal. Sobre todo ahora que los in-inde-independentistas tienen ganada —ay— la batalla de la comunicación (la estelada es la bandera que más aparece en La Sexta), y los presuntos unionistas se entretienen exhibiendo la misma falta de unidad que una bandada de hambrientas palomas a las que un niño arroja un puñado de migas de pan. Me consuelo con una pregunta: ¿acaso Dios (o, en su defecto, Puigdemont) puede crear una roca tan pesada que no pueda levantarla? Y me contesto: si pudiera, habría algo que Dios no puede hacer (mover la piedra); y si no pudiera, habría algo que no podría crear (la piedra); por tanto, aquí nadie es omnipotente, lo que nos permite entregarnos a un politeísmo político limitado y equidistante. Todo lo anterior, aunque torpe, me lo inspira la lectura de ese rey de las paradojas que es G. K. Chesterton, cuyos ensayos vuelven en tropel a las mesas de novedades. Acantilado, en cuyo catálogo ya tenía un lugar privilegiado el escritor católico (por elección), ha publicado una antología (realizada por Auden) de sus Ensayos escogidos, la mayoría en torno a la obra de otros grandes escritores; la joven editorial Jus publica el volumen Temperamentos, un conjunto de ensayos sobre el impulso artístico (magníficos los retratos de Byron y Stevenson) y el religioso (de Savonarola a Tolstói); por último, Renacimiento ha publicado Impresiones de Irlanda, un ameno travelogue que Chesterton compuso (1918) cuando la (entonces) posesión inglesa estaba en plena lucha por la independencia, y en el que vierte lúcidas opiniones sobre paisaje, religión y nacionalismo. En cuanto a mí, agotado (como usted, hypocrite lecteur/lectrice) por la insoportable cacofonía mediática de un conflicto de imposible solución (decente), envidio el libérrimo talante con el que G. K. escribió: “Quedarse en la cama sería una experiencia perfecta y sublime siempre que uno dispusiera de un lápiz lo suficientemente largo para poder dibujar en el techo”. Y esperar de ese modo que llegue el lunes.

2. Series

¿Son las series televisivas —el último avatar de la industria cinematográfica— una herramienta cabal para entender el mundo en que vivimos? Esa es la gran pregunta que se plantea el profesor Dominique Moïsi en Geopolítica de las series o el triunfo global del miedo (Errata Naturae), un sugerente (pero no siempre riguroso) ensayo en torno a cómo, desde el 11-S en adelante, las series “occidentales” (básicamente, Juego de tronos, House of Cards, Homeland, Downton Abbey y Occupied), a diferencia de las rusas o chinas —en la que se exaltan los valores nacionalistas tradicionales—, interpretan nuestras emociones ante lo real y moldean nuestro imaginario y, lo que es más significativo, el discurso de los políticos, al tiempo que critican como corrupto y decadente el propio sistema (democrático) en el que esas series pueden ser creadas sin censura. Un libro que dice pocas cosas que no sepamos, pero que tiene la virtud de ordenarlas.

3. Marx

Se aproxima la conmemoración del bicentenario del filósofo, economista y revolucionario Karl Marx (1818-1883). El aniversario empieza a notarse en las librerías por la lenta pero constante publicación o reedición de sus libros y de ensayos sobre su vida y obra. El FCE reedita, por ejemplo, el volumen II de El capital —el controvertido tomo póstumo dedicado a la circulación del capital— en la reconstrucción que realizó Engels. Y Penguin Clásicos acaba de publicar Llamando a las puertas de la revolución, una compacta antología (más de 900 páginas) del pensamiento de Marx a cargo del (ex) editor y crítico Constantino Bértolo, que en su extenso prólogo adelanta su propósito de presentar un Marx “accesible, visualizable semánticamente” en una antología de carácter cronológico y narrativo. De ese modo, el Marx que se nos presenta es un Marx integral, desde sus escritos de juventud y el encuentro con el pensamiento de Hegel —el Marx “idealista”— hasta el Marx “marxista” de Althuser y más allá. Textos breves y significativos (el único completo es el Manifiesto) que componen un pensamiento poliédrico e inacabado que, lejos de estar amortizado, como pretende buena parte del establishment académico liberal, todavía encierra abundantes claves y herramientas interpretativas. En otro registro, los Libros del Zorro Rojo ha publicado El dios dinero, un álbum desplegable e ilustrado (por Maguma, nombre artístico del arquitecto Marcos Guardiola) sobre textos del Marx “humanista” e indignado de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844.

4. Cómic

Como se sabe, las novelas gráficas han llegado a un grado de madurez y complejidad extraordinario. Un ejemplo muy significativo de cómo las temáticas existenciales han ido permeabilizando el noble arte del cómic es La vida es buena si no te rindes (Salamandra), una ficción minimalista, semiautobiográfica y metaliteraria que el canadiense Seth compuso entre 1993 y 1996, y en la que se exploran asuntos como la creación, la soledad y el desarraigo. Una pequeña obra maestra.

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