Trabajo de campo

Caminaba hacia la última exposición de Jochen Lempert (Moers, Alemania, 1958) en ProjecteSD y me preguntaba por qué seguía emocionado ante la idea de volver a ver sus fotografías. Conozco su trabajo desde hace tiempo y podía hacerme una idea de lo que iba a encontrarme. El alemán es uno de esos artistas con un campo de investigación definido, una forma de hacer clara y un modo de formalizar muy preciso. No hay sorpresas. Iba a ver una serie de fotografías analógicas —Lempert trabaja siempre a partir de negativos 35 mm— en blanco y negro de varios tamaños delicadamente distribuidas en el espacio, que girarían en torno a nuestra relación con el mundo natural. Entonces, ¿por qué la emoción?

El sugerente título, Zostera & Posidonia, dos tipos de plantas acuáticas, sirve de punto de partida de una constelación de fotografías vincu­ladas al medio marino. Abarcan desde abstractas formas orgánicas que aluden a lo efímero hasta situaciones triviales como un pescado en un mercado o un caballito de mar. La materialidad que la exploración de la fotografía le permite hace que los resultados se aproximen al dibujo, la pintura o el ­collage. Lempert, con óptica científica, parte de formas que emergen de la naturaleza, acercando o alejando la cámara para observar cualquier atisbo de objetividad. Sus imágenes propician múltiples conexiones y sutiles asociaciones, transmitiendo cierta inquietud. Cuestionan modelos establecidos construidos desde el antropocentrismo y proponen un espacio de evolución común abierto a lo desconocido.

Ese es el secreto de Lempert. A partir de elementos fijos, deja espacio a la imposibilidad de controlar el mundo, a lo inasible del conocimiento, a la necesidad de incorporar otros agentes en la ecuación, abriendo otras posibilidades de habitar el planeta. Ahí radica la emoción por volver a ver sus fotografías.

‘Zostera & Posidonia’. Galería ProjecteSD. Barcelona. Hasta el 22 de julio.