_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Juego de tronos’, qué fuerte

Como no quiero seguir molestando a amigos, he decidido mentir sobre si he visto la serie

Jaime Rubio Hancock

No he visto ni un minuto de Juego de Tronos, pero soy capaz de mantener una conversación sobre la serie.

Me explico: más de una vez me he visto atrapado en algún grupo que hablaba del tema o he leído comentarios en redes sociales, con lo que al final me he enterado de alguna que otra cosilla. Juego de Tronos ya forma parte del paisaje cultural y, del mismo modo que todos sabemos dónde tiene la cicatriz Harry Potter y cómo se llama el caballo de Don Quijote, es casi imposible no tener al menos cierta idea de por qué Hodor solo decía "hodor".

Eso sí, cuando en una de esas conversaciones confesaba que no seguía la serie, los demás me respondían abriendo mucho los ojos e hiperventilando. "¿Pero cómo...? ¡Pero si es buenísima!". Y no lo dudo, pero no me ha dado por ahí.

Como no quiero seguir causando microinfartos a amigos y compañeros, he decidido mentir. Es mucho más fácil. Si me preguntan si he visto el tráiler de la próxima temporada, contestaré que por supuesto. "A ver cómo acaba la serie", añadiré, alegrándole el día a mi interlocutor, que me podrá explicar sus dos o tres teorías favoritas.

Solo tengo que responder con frases vagas, añadiendo referencias y nombres, pero sin concretar, para que no me pillen. "Qué fuerte lo de Jon Snow"; "lo del incesto no me lo esperaba"; "la duda no es quién morirá, sino cuándo". Eso sí, con cuidado: a ver si voy a soltar un spoiler sin saberlo.

No tengo nada que reprochar a los seguidores de esta serie. Yo fui igual de pesado (o más) con Breaking Bad. Agarraba a desconocidos por la calle y les gritaba cosas sobre Walter White. Cuando pasamos por esos momentos de asombro que nos proporcionan algunas series, necesitamos desahogarnos con alguien, ya sea en persona o en Twitter. Quién soy yo para robarle eso a nadie con un triste: "No, yo es que no la veo". Si no me cuesta nada.

Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_