El lenguaje en aforismos
Para comprender una realidad se necesita un método y un lenguaje. Primero se elige el método, pero luego hay que disponer de un lenguaje idóneo
Para comprender una realidad se necesita un método y un lenguaje. Primero se elige el método. Si la realidad es de baja complejidad lo indicado es recurrir a la ciencia, si no es tan baja entonces la opción puede ser el arte y si la complejidad es muy alta entonces la tentación es la revelación. Pero luego hay que disponer de un lenguaje idóneo. No conviene quedarse corto ni pasarse de largo. Los números romanos bastan para nombrar y ordenar siglos pero son muy incómodos para llevar la contabilidad de una empresa. El lenguaje de los jeroglíficos egipcios es perfecto para evocar poéticamente el curriculum vitae de una dignidad difunta pero no lo es tanto para escribir un manual de física cuántica. La evolución de un conocimiento puede adelantarse a la de su lenguaje. Es el caso del cine que empezó como teatro filmado o la del automóvil que empezó como un carruaje sin caballerías. Pero también puede ocurrir que nada se mueva si el lenguaje no es el adecuado. En pintura por ejemplo, ocurrió durante más de quince milenios hasta que Filippo Brunelleschi divulgara los secretos de la perspectiva cónica en pleno Renacimiento.
1. La verdad absoluta y eterna existe, pero solo en matemáticas y nadie tiene el privilegio de su representación, de su autoridad o de su beneficio.
2. Pocos se irritan tanto como un matemático cuando le manosean el lenguaje.
3. De la mecánica clásica no se desprende que todo esté determinado.
4. De la teoría del caos no se deriva que todo es azar.
5. De la mecánica cuántica no se infiere la ruina de la objetividad.
6. De la relatividad no se deduce que todo es relativo.
7. De la termodinámica no se sigue que cualquier tiempo pasado fue mejor.
8. No conozco ningún fascista que hable más de tres idiomas.
9. Antes de los diez años solo vale la pena aprender lenguaje (música, idiomas, matemáticas,…).
10. La oscuridad de un lenguaje no añade profundidad a un contenido.
11. Los números naturales bastan para contar y ordenar, pero no para restar; los enteros bastan para contar, ordenar y restar pero no para dividir; los racionales bastan para contar, ordenar, restar y dividir pero no para hacer una raíz cuadrada; los reales bastan para contar, ordenar, restar, dividir y calcular raíces pero no todas; los números complejos sirven para contar, ordenar, restar, dividir y calcular cualquier raíz, pero no para dar cuenta de la irregularidad o la autosimilitud,… de ahí los objetos fractales.
12. Hay como mínimo tres lenguajes que aspiran a ser universales: la mímica, la música y la matemática.
13. El concepto himno nacional prueba la universalidad del lenguaje musical.
14. ¿De qué región es el acento del canto de este pájaro? ¿De qué árbol? ¿De qué rama? ¿De qué nido? ¿No seré yo mismo el que está piando?
15. La ambigüedad es el recurso del lenguaje contra la literalidad.
16. La redundancia es el recurso del lenguaje contra su propio ruido.
17. El retruécano es el recurso del lenguaje para sorprender con lo previsible, como el tartazo de nata en plena cara.
18. La ironía es el último recurso del lenguaje contra el dogma.
19. No se sabe quien da más miedo con un texto sagrado en sus manos, si el que lee literalmente o el que lee entre líneas.
20. Fundamentalismo es margen cero para la interpretación, solo eso.
21. La mezcla más explosiva de un lenguaje se consigue con un 99% de literalidad y un 1% de incoherencia.
22. Se necesitan algo más de cien letras para escribir la materia inerte (los elementos de la tabla de Mendeleiev), menos de cinco letras para escribir la materia viva (las bases de nucleótidos), unas treinta letras para escribir materia culta (las del alfabeto) y unos veinte millones para escribir un ecosistema (las especies según la clasificación de Linneus).
23. Racionalismo: reducir justo hasta la misma esencia.
24. Reduccionismo: reducir más allá de la propia esencia.
25. Oscurantismo: sazonar la esencia con ruido añadido.
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