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¿Satanás?

Estaba ardiendo uno de los grandes hoteles de Dubai. Y lo primero que imaginas es que los bárbaros han perpetrado ese incendio

Carlos Boyero

Los fuegos artificiales suponían un regalo especial, siempre acompañado de fascinación, del asombro de que el cielo explotara en colores. Aunque en la vida adulta (o lo que sea) sigas asistiendo a ese espectáculo, toda su magia va asociada a la niñez. Al menos de la mía e imagino que de la mayoría de los niños. Y recuerdo la temible, aunque comprensible, amenaza de mis progenitores: “Si te portas mal, esta noche te quedas sin ver los fuegos”.

La última vez que observé esa verbena de luces en el firmamento fue en la Nochevieja de 2015. Entraba en Dubai a bordo de un barco. Y aseguraban que esos fuegos, en la línea opulenta que caracteriza esos emiratos en medio del desierto, con playas y jardines artificiales, mogollón de rascacielos, todos los milagros que puede comprar el petróleo, iban a resultar inolvidables. Pero tambien vislumbrabas en el resplandor y el interminable humo negro que salía de un edificio de la ciudad que algo siniestro estaba ocurriendo allí y no tenía nada que ver con los fuegos artificiales. Estaba ardiendo uno de los grandes hoteles de Dubai. Y lo primero que imaginas en función de la fecha y de esa parte del mundo (lo segundo es una tontería ya que el dragón no es selectivo y ataca en cualquier lugar) es que los bárbaros han perpetrado ese incendio. Y afortunadamente te equivocas, las causas de ese infierno fueron otras, no lo perpetró el monstruo.

Y no quiero imaginar el estupor, el terror, de toda esa gente (incluidos muchos niños en sus noche mágica) que poblaba el paseo marítimo de Niza al ver que ese camión demoníaco se ha propuesto destrozarlos a todos. En El diablo sobre ruedas, la primera película que dirigió Spielberg, jamás vemos la cara del conductor de es camión asesino. El monstruo que segó la existencia o mutiló el cuerpo y el alma de tantas personas que pretendían ser felices con fuegos artificiales es real. Probablemente, el diablo.

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