Lazo
El mejor homenaje que una televisión puede conceder a las víctimas de una tragedia así es entregarles el mejor trabajo periodístico posible
En TVE quisieron reflejar los tres días de luto decretados por el Gobierno, tras la tragedia del vuelo GW9525, con la inclusión de un lazo negro en la esquina superior derecha de nuestras pantallas. La iniciativa nace del mejor sentimiento, pero su efecto es dudoso. La pantalla televisiva se ha convertido en una especie de camiseta de futbolista, llena de reclamos publicitarios y autopropaganda de la cadena. A ratos mirar la tele se parece a mirar el mono de los pilotos de fórmula 1, saturados de publicidad. En Canal +, donde el usuario puede optar, en una gran iniciativa, por escuchar las voces originales y disfrutar de subtítulos en varios idiomas, incluidos el catalán y el euskera, no es raro que tanto mensaje genere incómodas superposiciones ilegibles.
El lazo negro quiere honrar a las víctimas, pero cada medio debe optar por el modo más inteligente y delicado. Ver ese crespón negro en la cara de los locutores cuando se ponían en pie, observar el lazo sobre los mapas de información meteorológica y sobre los gráficos económicos ha provocado durante tres días una interferencia que pretendía sensibilizar ante el dolor, pero a ratos el defecto estético causaba lo contrario. Los ejecutivos de televisión olvidan habitualmente que su negocio es un producto audiovisual donde la calidad de imagen, la concentración y el respeto por lo emitido tendría que ser capital. En esa lonja que se ha convertido la pantalla, los contenidos a veces parecen una vaca marcada por el ganadero a hierro y fuego.
El mejor homenaje que una televisión puede conceder a las víctimas de una tragedia así es entregarles el mejor trabajo periodístico posible. Ha sucedido en este caso, incluida la gestión de las autoridades francesas. Un ejemplo para la España que hace muy poco sumó a la tragedia del Yak 42 los engaños inmorales dirigidos desde la más alta instancia política y a la de Spanair, la torpeza y falta de transparencia. Los símbolos visuales tienen su significado, pero también su espacio y su lugar. El brazalete se inventó para el brazo y el lazo para el ojal de la chaqueta. La tele, si quiere solidarizarse con las tragedias continuas, ha de inventar un marco negro, algo propio, que no se confunda con su molesta autopublicidad.
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