Cuando el azúcar no es suficiente
La comedia 'De la A a la Z' confía tanto en la 'adorabilidad' de sus protagonistas que se olvida de aportar algo más
Para la temporada 2014-2015, la televisión estadounidense se lanzó a la reconquista del público aficionado a las comedias románticas. Varios estrenos tenían como hilo conductor esa fórmula ya conocida de “chico conoce a chica” y lo que surja. Pero la apuesta les salió mal, el público no respondió y esas series fueron cayendo víctimas de los bajos índices de audiencia. Una de esas comedias que se llevó por delante la guadaña de la cancelación fue De la A a la Z, que en España acaba de estrenar el canal Cosmopolitan. La comedia, emitida en Estados Unidos por la cadena NBC, al menos llegó a contar con 13 capítulos, que es más de lo que pueden decir otras.
Su planteamiento inicial no es demasiado original y el futuro de la relación entre los protagonistas se conoce desde el principio. Pero la apuesta pretendía captar a los amantes —que los hay— de los productos almibarados. La serie se presenta como la historia de los 8 meses, 3 semanas, 5 días y una hora que estuvieron saliendo juntos Andrew y Zelda. Es decir, los espectadores conocen de antemano que dicha relación tiene fecha de caducidad. El resultado es una historia amable que peca de demasiado azucarada.
Sus dos protagonistas son dos seres adorables con rostros familiares para los aficionados a las series (ella, Cristin Milioti, fue la madre de Cómo conocí a vuestra madre y acaba de anunciarse que participará en la segunda entrega de Fargo; él, Ben Feldman, es uno de los publicistas que trabajan con Don Draper en Mad Men). Pero la serie, que intenta aprovechar el tirón de comedias románticas como (500) días juntos, confía tanto en la adorabilidad de sus protagonistas que se olvida de aportar algo más. Demasiado light para el mundo moderno.
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