El norte está de moda

Borgen, Bron/Broen, Forbrydelsen (The Killing)... En los últimos años, el mundo de las series ha asistido al florecimiento de la producción televisiva danesa y sueca. Sus títulos se encuentran en la lista de series imprescindibles que cualquier aficionado debe ver. Pero este brote no es repentino. Tiene unas raíces —ficciones revolucionarias que vieron la luz en los noventa, como The Kingdom, del cineasta Lars Von Trier, o Taxa— y una explicación.

Las series que surgieron del frío, programa de producción propia de Canal +, hace en sesenta minutos un rápido pero certero análisis a la producción de ficción televisiva en Dinamarca y Suecia. Para ello, el reportaje cuenta con entrevistas a escritores como Asa Larsson, directivos de televisión o creadores y guionistas de aquellas ficciones. De sus palabras se pueden extraer lecciones que deberían tener en cuenta en otros lares, como la importancia de la colaboración entre todos los artífices de sus series o la apuesta firme y clara por situar al guionista en el centro del proceso, además de su libertad creativa. Aunque no todo es de color rosa. Un guionista danés resalta la presión a la que están sometidos para alcanzar el mínimo de un millón de espectadores (en un país de apenas 6 millones) que debe lograr para poder mantener su trabajo.

Las series nórdicas son series de crímenes (sobre todo las producidas en Suecia, con una larga tradición de adaptaciones de novelas negras), de política (el éxito de Borgen llevó a muchos daneses a interesarse por el sistema político), con mujeres fuertes y una cuidada ambientación. Producciones como Las series que surgieron del frío animan a volver la mirada con más interés todavía a esas historias tan cercanas pero, a la vez, tan lejanas.