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La rubia que escapó de Hitchcock

Tippi Hedren, abrió la boca para desmitificar a Hitchcock en 'The girl'

Una imagen de 'The girl'.
Una imagen de 'The girl'.

A lo largo de su carrera, Alfred Hitchcock creó muchas estrellas. Especialmente entre sus actrices, mujeres como Grace Kelly, Kim Novak, Ingrid Bergman, Janet Leigh o Eva Marie Saint. Pero el maestro del suspense también cimentó en esos mismos años grandes pesadillas. Historias de horror como las que contó en clásicos tipo Psicosis o Los pájaros. O como las que le hizo vivir a algunas de sus heroínas, esas mujeres bellas, rubias y de una frialdad particular que tanto le gustaban al director y de las que no sólo se enamoraba la cámara. Sólo una, Tippi Hedren, abrió la boca para desmitificar al maestro del cine. Y su historia finalmente se ha convertido en película gracias a The girl, coproducción entre la BBC y la cadena de pago estadounidense HBO que Canal + 1 (22.30) estrena este miércoles.

“La primera vez que vimos la película nos quedamos todos pegados en la butaca, callados, hasta que Melanie saltó de su asiento y dijo eso de ‘tendré que volver a psicoanalizarme’. ¡Esa es mi hija!”, comenta con humor a este periódico la verdadera protagonista de esta historia de obsesión, poder y de esos años dorados de Hollywood donde el brillo del éxito impedía ver otras cosas. La madre de Melanie Griffith y suegra de Antonio Banderas, Hedren, 83 años, fue antes que todo esto una estrella de propio derecho, protagonista de Los pájaros y Marnie la ladrona y alguien cuyo nombre se rumoreaba como posible candidata al Oscar si Hitchcock, el hombre que la “descubrió” cuando trabajaba como modelo, no hubiera truncado su carrera. “Como dicen en Hollywood, mi nombre estaba caliente. Pero me dijo que arruinaría mi carrera y lo hizo. Era uno de los hombres más poderosos de Hollywood y se salió con la suya”, confiesa ahora. La razón: Hedren se negó a aceptar los avances sexuales del director británico, un comportamiento que como recuerda iba más allá de un romance de rodaje. “Fue una situación muy incómoda que no tenía nada que ver con el amor. Fui el objeto de una obsesión en la que no estaba interesada. Me seguía, analizó mi escritura, me acechaba. Eso no era amor”, recuerda ahora como lo hizo en su día para la biografía de Hitchcock, The Dark Side of Genious, que dio pie al telefilme que protagoniza Sienna Miller como Hedren y Toby Jones como Hitch.

En sus palabras no hay resentimiento. Pero Hedren está segura de lo que pasó entonces pese a las críticas escuchadas de aquellos que defienden al director a ultranza, confundiendo, según la actriz, el talento con el talante. “Hitchcock tenía sus cosas buenas. No sólo fue mi director sino mi profesor. Todo lo que me enseñó fue fabuloso. Y la gente que le rodeaba, increíble”, recuerda con tono de ensoñación de un pasado que incluyó esos finales de jornada cuando todos los días a las cinco Hitchcock detenía el rodaje para tomar un martini. Pero igual de vívido es el recuerdo de las pesadillas, de los engaños, cuando un día tras otro se vio atacada por pájaros de carne y hueso en lugar de las aves mecánicas que le había prometido para la filmación de Los pájaros. “Fue una pesadilla que acabó conmigo en el médico. El doctor le dijo a Hitchcock ‘¿está intentando matarla?’ No pude oír su respuesta”, añade.

Esos son precisamente los años en los que se centra la cinta. Tras Marnie la ladrona, Hedren se vio forzada a alejarse de la interpretación ante la falta de ofertas en una industria donde Hitchcock se encargó de que no estuviera disponible para otras producciones manteniéndola bajo contrato pero sin darle más trabajo, apagando su estrella. Nunca volvió a pronunciar su nombre. Desde entonces fue solo ‘la chica’. “Fue horroroso. Como estar en una institución mental”, agrega ahora. Del porqué ella y no otras, Hedren no tiene respuesta. La actriz asegura que no conoció al resto de las rubias de Hitchcock. “Menos a Vera Miles, quien tuvo más o menos el mismo problema”, señala. Los tiempos eran otros, añade y si algo espera de The girl es que sirva como una llamada de atención a las nuevas generaciones aunque los tiempos han cambiado. “Si esto me hubiera pasado ahora sería millonaria”, comenta de la posible demanda por acoso que le habría interpuesto.

Sin embargo la actriz asegura que la experiencia no le dejó huella ni en su relación con los hombres, casada en tres ocasiones, ni en el resto de su vida, volcada en el cuidado de los grandes felinos que ha rescatado de una muerte segura en su rancho de Shambala, cerca del desierto del Mojave (EEUU), donde vive. Su experiencia en Hollywood tampoco influyó en la carrera de su hija aunque Hedren todavía se sorprende de que Melanie decidiera seguir sus pasos. “Si te soy sincera, pensé que se le pasaría pero se lo tomó en serio, estudió con Stella Adler en Nueva York y ha disfrutado de su propio éxito. Compartimos la misma madera”, afirma. De su yerno también son todo elogios, “un actor consumado, un productor, un hombre de negocios, un gran padre y un marido maravilloso”, dice. Su única fuente de estrés estos días es conseguir los 56.000 euros mensuales que le cuesta alimentar a esos tigres y leones que protege en su rancho. Como dice, ya no es ninguna jovencita. “Pero ignoro el cansancio y sigo adelante. Mi vida no es normal. Nunca lo ha sido. Puedo ver tigres y leones desde mi ventana. Les escucho todo el tiempo. Mi única preocupación es conseguir los 200 kilos de carne que consumen diariamente. ¡No te creas que es fácil! El resto queda en el pasado. Lidio a diario con bandadas de cuervos que van a ver qué les dejan mis felinos. No les tengo miedo. No me ha quedado ningún trauma. Al revés, me doy cuenta de lo inteligentes que son. Saben perfectamente a qué hora les doy de comer, a qué tigres les pueden robar comida. Aunque en ocasiones no pueden escapar. No todos consiguen escapar como yo lo hice”, resume sin perder la sonrisa.

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