DOZHD, la televisión de la movida política rusa
El canal informativo apuesta por un estilo ágil y transparente que contrasta con la programación inmovilista de las televisiones oficiales
“No tenga miedo a conectar el televisor”. Este es el lema del canal televisivo que acompaña y sustenta la movida política rusa. Se llama Dozhd (Lluvia) y se presenta como el “canal optimista”. Se distribuye por satélite y cable y lleva la impronta de Internet, donde dio sus primeros pasos en 2009 cuando el Kremlin intentó obstaculizar la aparición de una televisión privada independiente.
Dozhd se concentra sobre todo en la información. Emite en directo tertulias, entrevistas e incluso los debates internos sobre los planes de la redacción. Su estilo ágil, transparente y con una estética peculiar y el rosa como color emblemático, contrasta con la programación de las apoltronadas televisiones oficiales al servicio de las autoridades.
La propietaria y presidenta de Dozhd es Natalia Sindeeva, una inquieta e intuitiva mujer de 40 años, que trabajó como ejecutiva comercial en la emisora Serébreni Dozhd (La Lluvia Plateada). Sindeeva, que en 2006 se casó con el banquero Aleksandr Vinokúrov, ha gastado sus recursos personales en un grupo de medios de comunicación que, además de Dozhd, incluye la página de web slon.ru y la revista gratuita Bolshói Górod (La Gran Ciudad). Su inversión en Dozhd se calcula en unos 10 millones de dólares.
“Nos concentramos en la política y nuestro ritmo es de gran intensidad”, afirma Sindeeva en su oficina, separada por un cristal transparente de la redacción, en uno de los edificios de ladrillo que hasta hace poco eran la sede de la fábrica de chocolate Octubre Rojo. Este entorno industrial del siglo XIX, ubicado frente al Kremlin y rodeado de iglesias y edificios singulares, es hoy uno de los centros más creativos y sugerentes de Moscú.
Dozhd ha mostrado su carácter en varios momentos clave. En diciembre de 2010 fue el único en retransmitir ampliamente los disturbios nacionalistas en el centro de la ciudad. En enero de 2011, informó del atentado en el aeropuerto de Domodédovo antes y mejor que las grandes cadenas. Después de las elecciones legislativas del 4 de diciembre, trasmitió en directo los grandes mítines del 10 y el 24 de aquel mes. En boca de Sindeeva, la palabra “información” se repite unida a los adjetivos “honrada”, “sincera”, “viva”. Y así es como la perciben los seguidores del canal.
Calcula Sindeeva que el público potencial de Dozhd son 27 millones de personas. Mijaíl Zygar, el director del canal, va más lejos y da la cifra de 30 millones de espectadores potenciales sólo por satélite, además de los que se conectan por cable e Internet. En Internet, dice Zygar, el número de entradas crece vertiginosamente. “En noviembre fueron un millón en todo el mes y en diciembre, un millón al día”, afirma. Dozhd es difundida por tres satélites y también por cable en distintas regiones de Rusia, hasta Siberia Occidental.
Zygar, de 31 años, procede de la prensa escrita y ha sido el encargado de fichar a los miembros de la redacción, formada por 50 personas en un conjunto de 300 empleados. La inmensa mayoría, incluidos Sindeeva y Zygar, no tenían ninguna experiencia en televisión. “En Rusia los buenos periodistas vienen de la prensa escrita, así que yo me rodeé de gente que conoce bien el oficio y no de “estrellas” tal como se entiende habitualmente este término en televisión”, afirma el periodista. El resultado es un equipo joven, con un estilo fresco y natural, que a veces parece estudiantil.
En 2009, cuando Dozhd acababa de salir, la compañía Akado rompió el acuerdo para distribuir el canal por cable debido a las presiones ejercidas por Viacheslav Surkov, el entonces vicejefe de la administración del Kremlin responsable de los medios. Dozhd se vio entonces obligada a desarrollarse solo en la Red. “Internet forma parte de nuestra esencia, a diferencia de las grandes televisiones que utilizan la web como un recurso complementario”, afirma Zygar. Los telespectadores intervienen en los programas e incluso hacen de corresponsales cuando es necesario, afirma Sindeeva.
Para la experta en televisión Annia Kashkáeva, Dozhd es sobre todo “un fenómeno urbano que ha captado a un auditorio de jóvenes, seguros de si mismos, que hablan idiomas, han viajado, son cosmopolitas y están dispuestos a luchar por sus derechos, aunque no son revolucionarios”. Sindeeva y Zygar opinan que su audiencia no está solo en los grandes centros urbanos como Moscú y San Petersburgo, sino también en ciudades de provincias, como Perm, en los Urales, Tomsk, en Siberia, Barnaul, en el Altái.
Sindeeva afirma que se está produciendo una demanda por parte de los operadores de cable de provincias. El canal rompe estereotipos ya que hay demanda de él en pequeñas localidades de la Rusia profunda y por parte de gente que no ha llegado a usar el Internet aún, explica Zygar.
Pese al éxito y el aumento de la publicidad, Dozhd no es todavía rentable y “y eso limita nuestras posibilidades de desarrollarnos y elaborar nuevos programas”, afirma Sindeeva. Con los recursos que tiene, el canal experimenta y busca. Para las elecciones presidenciales del 4 de marzo, Zygar planea emplear como corresponsales a famosos que se han apuntado como observadores en los colegios electorales.
Hubo un tiempo en que Dozhd trató de ser amable con el presidente Dmitri Medvédev y eso llevó a suprimir un programa de la serie satírica “Ciudadano Poeta”, protagonizada por el escritor Dmitri Bykov. A principios de 2011, Medvédev, que aún cultivaba su faceta de “modernizador” y amante de todos los artilugios tecnológicos, visitó la redacción y fue entrevistado por los periodistas”. Tras las emisiones de los mítines de protesta de diciembre, el presidente cortó de forma demostrativa su suscripción al Twitter de Dozhd. Sindeeva confiesa ahora que sus expectativas respecto al presidente se han visto “defraudadas. Zygar dice no experimentar presiones ni censura, pero si ciertas señales de advertencia, como una inspección de bomberos y una petición de la Fiscalía que se interesaba por las fuentes de financiación de las retrasmisiones de los mítines de diciembre pasado.
Según la especialista Kashkáeva, en Rusia se puede decir que existen dos partidos, “el de la gran televisión y el del Internet”. El partido de la televisión es el de los poderes establecidos, el del internet, es el de jóvenes que se refugiaron en las redes sociales por no encontrar lo que querían en la televisión estatal y son hoy el auditorio de Dozhd”, afirma. “La televisión estatal se ve obligada a reaccionar ante estos procesos e imita a Dozhd, pero “son intentos esporádicos de formas, pero no de contenido, porque nosotros apostamos por los programas en directo y las televisiones estatales los graban y se pasan tres o cuatro días editándolos”, dice Zygar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.