El canal de los currantes

Sigue con ello HBO y le persiguen Showtime y AMC, en una pelea a muerte por inventar la serie perfecta. Esta lucha dejará víctimas (no les quepa duda) pero hay una cadena que está sacando petróleo del asunto y que aprovecha la inercia creada para tirar por un camino distinto.

La cadena en cuestión es USA. USA Network es otra cosa. Sus personajes son más planos, menos alambicados; las tramas de sus series no persiguen ningún Grial ni atraviesan épocas oscuras que rozan el nihilismo más feroz. No, nada de eso. En realidad USA es una cadena para los que llegan a casa cansados, hartos de todo, y solo quieren divertirse. Una cadena para los currantes que quieren echarse unas risas o –simplemente- recibir en vena un chute de entretenimiento.

Con esa filosofía han surgido series como White collar , Suits, Royal Pains o Al descubierto. La mayoría de episodios son autoconclusivos aunque en White Collar o Suits se perciba una historia global que se mueve allí, en el fondo. Los personajes son asequibles, tormentos los justos y la narrativa conserva los giros justos para gustar al espectador sin despistarlo. Esto no quiere decir que persiga una audiencia menos preparada (o vaga) si no que tiene muy clara su función final: aislar durante una hora al tipo que está sentado delante del televisor.

De todas las series paridas por USA en los últimos tiempos hay una que destaca sobremanera: Burn notice (que en España se emite con el título Último aviso en la cadena Fox Crime, dial 19 de Digital +). Este folletín de espías con ecos del Equipo A es un auténtico regalo para los freaks del catolicismo y se ha convertido (como bien saben en el Comic-Con de San Diego) en un auténtico show de culto.

Último aviso explica la historia de un espía al que sus superiores deciden no solo despedir si no poner en una lista negra. El pobre hombre (aunque de pobre tiene poco) decide entonces pedir ayuda a sus colegas: una antigua terrorista del IRA y un ex –SEAL, aunque ninguno de los dos sea lo que consideraríamos un amigo estándar. El espía es interpretado por Jeffrey Donovan, la terrorista es Gabrielle Anwar y el ex-soldado de élite, ojo al dato, Bruce Campbell. De Donovan hay poco que decir: un actor justito, resultón, que ha encontrado el papel perfecto; Anwar está estupenda (aunque su acento irlandés vaya y venga sin venir a cuento) aunque hay que decir que muchos fans llenan los foros dedicados a la serie piden que su personaje la palme de una vez. Ahora bien, Bruce Campbell, el fabuloso protagonista de la trilogía de Posesión infernal, es absolutamente descomunal. Su personaje, Sam Axe, un cervecero impenitente cuyo vestuario se compone de un sinfín de camisas hawaianas, es el alma de Último aviso, y –me atrevo a decir- el motivo real de exitazo de la serie, ya por su sexta temporada. Campbell es ese tipo con el que te irías de fiesta o de viaje: afable, cínico, divertido… salvaje.

Además, por si el imán de Campbell (un grande de esto, que quede claro) no fuera suficiente, Último aviso cuenta con una bestia sagrada de la tele: Sharon Gless. Los muy fans la recordarán por su papel en Cagney y Lacey, aquella serie policiaca de principios de los ’80 y luego por cosas como Queer as folk o Nip & Tuck. La Gless (que interpreta a la madre de Michael, el personaje de Donovan) se dedica básicamente a fumar y a interrogar a su hijo. Eso sí, ella solita se mete más pitillos en la boca en un capítulo que todo el reparto de Mad Men en una temporada entera y sus interrogatorios son más efectivos que los del Mossad.

De acuerdo, la serie tiene a veces un aspecto algo cutre y las tramas son debiluchas pero cuando uno tiene delante de las narices a Robert Patrick (Terminator 2), Tim Matheson (Desmadre a la americana), Robert Wisdom (The wire), Jay Karnes (The Shield) o Tricia Helfer (Galactica) lo cierto es que es fácil olvidarlo todo, reclinarse en el sofá y disfrutar del espíritu ochentero que impregna Último aviso.

De vez en cuando no está mal abandonar a los sospechosos habituales y dejarse caer en brazos del entretenimiento puro y duro. Y si encima sale Bruce Campbell pues mejor.