El 11-S que se transmitió en las series de EE UU
El 11 de septiembre de 2001, los ojos del mundo estaban sobre Estados Unidos. Los de Estados Unidos, sobre sus televisores. La televisión estadounidense, como el resto del país, cambió en un minuto. Para ser más concretos, a las 9.03 de la mañana (tiempo de la costa este de EE UU). Cuando apareció en las pantallas un segundo avión.
Todas las cadenas de televisión emitieron las mismas escenas, una y otra y otra vez. Millones miraron en directo el colapso de las torres. Incluso algunas emisoras por cable como ESPN, Discovery Channel o MTV interrumpieron su programación habitual para enlazar a la cobertura de los ataques. Igual ocurrió con sus filiales latinoamericanas. Del 11 al 15 de septiembre de 2001, las cuatro principales cadenas de Estados Unidos (NBC, CBS, ABC y Fox) transmitieron más de 90 horas de cobertura en directo sin interrupciones, sin anuncios y con pérdidas de 30 millones de dólares al día, según dijeron entonces ejecutivos de publicidad consultados por The New York Times. Se calcula que entre 30 y 50 millones de televidentes siguieron la transmisión entera.
La normalidad regresó con lentitud. La amplia mayoría de los Late Night de las cadenas se transmiten, precisamente, desde Nueva York. Regresaron al aire hasta el lunes 17 de septiembre de 2001. El sombrío tono de los presentadores contrastó con el humor habitual en sus programas. En tono serio, David Letterman describió el ánimo en Nueva York: “Puedes sentir la tristeza en la calle”. Incluso Jon Stewart, del irreverente The Daily Show, no pudo contener las lágrimas al aire.
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Las series, que tenían programado sus estrenos de temporada para las primeras de septiembre, postergaron su regreso al aire. Y tampoco salieron indemnes. El creador de El ala oeste de la Casa Blanca (The West Wing), Aaron Sorkin, escribió en tiempo récord el episodio Isaac e Ismael, dedicado a los ataques y considerado como uno de los mejores de toda la serie. Otros programas neoyorquinos por antonomasia, como Friends o Sexo en Nueva York (Sex and the City) dedicaron sendos homenajes a las víctimas. Friends retiró una subtrama de su estreno de temporada, The one after they say “I do”, el primer episodio desde la boda de Mónica y Chandler, que iba sobre cómo una broma impide su viaje. ¿Cuál era el chiste? Chandler decía que tenía una bomba en un aeropuerto para provocar a los policías. Las escenas nunca se emitieron. En el resto de la temporada, abundaron los letreros y camisetas en apoyo a los bomberos y policías neoyorquinos. En el caso de Sexo en Nueva York, el episodio I (heart) NY rindió un emotivo homenaje a la ciudad que, según el creador, Darren Star, era la quinta protagonista de la serie. South Park abordó el tema de manera muy distinta: el primer programa que emitió tras los atentados se llamó Osama bin Laden has farty pants (Los pantalones de Osama bin Laden huelen a pedo).
Los ataques afectaron hasta a los premios Emmy, que se entregarían el 16 de septiembre de 2001, la semana posterior al atentado. Los organizadores decidieron postergar la celebración al 6 de octubre de ese año, solo para retrasarla otra vez por la invasión de EE UU y sus aliados a Afganistán. La ceremonia se celebró, por fin, el domingo 4 de noviembre de ese año. Los organizadores rogaron a los asistentes que el ambiente fuera “sobrio” y que dejaran los vestidos de diseñador en el armario: se les pidió que llevaran “atuendo casual”. La presentadora, Ellen DeGeneres, hizo milagros para restar seriedad a una entrega que algunos opinaban que debía de haberse cancelado.
Los atentados del 11 de septiembre no solamente afectaron a las pantallas estadounidenses. También a los que trabajan detrás de ellas. David Angell, guionista de Cheers y productor ejecutivo de Frasier, y su esposa, Lynn, viajaban a bordo del vuelo 11 de American Airlines. Iban a Los Ángeles para asistir, precisamente, a los Emmys. Otros tuvieron más suerte. El creador de Padre de Familia (Family Guy), Seth MacFarlane, también debía tomar ese vuelo. Llegó al aeropuerto, con resaca de la fiesta del día anterior, diez minutos tarde por un error de su agente de viajes y no le permitieron abordar. Quince minutos después, el avión se estrellaba en la torre Norte del World Trade Center. Sobre la experiencia, MacFarlane opina que “fue muy fuerte, pero todas las personas tienen encuentros con la muerte. Cualquiera puede cruzar por la calle y ser casi atropellado. Lo que ocurre con esto es que fue algo masivo, y no podía dejar que me afectara porque escribo comedia. Lo he dejado atrás”.
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