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La desigualdad y el declive de la clase media como principales peligros para la democracia

Juan Luis Cebrián reivindica la política, junto a Ximo Puig, en la clausura del seminario de la fundación Étnor de Valencia

F. B.
Juan Luis Cebrián y Adela Cortina, ayer en el Botànic de Valencia.
Juan Luis Cebrián y Adela Cortina, ayer en el Botànic de Valencia. Fundación Étnor

La desigualdad y el declive de la clase media a raíz de la crisis económica del 2008 alientan el populismo y el autoritarismo que amenazan de manera global el futuro de la democracia. A estos fenómenos que tienen lugar en la primera revolución digital, cuyos efectos solo son comparables a los de la imprenta, se suma la desorientación y pérdida de credibilidad de los formadores de opinión por la extensión de Internet y la asunción de la posverdad, la verdad emocional convertida en una nueva fe. Estas son algunas de las ideas fuerza de la ponencia impartida ayer por Juan Luis Cebrián con la que concluyó la 28 edición del seminario Ética Económica y Empresarial, organizado por la Fundación Étnor de Valencia, con la presencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

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El que fuera fundador de EL PAÍS y actual presidente de honor del periódico esbozó un análisis preocupante sobre los peligros globales que acechan a la democracia y situó al autoritarismo de los gobernantes de países como EE UU, Brasil, Rusia, Polonia o Hungría como ejemplos de su discurso. Al mismo tiempo, hizo un llamamiento a los políticos y reivindicó el papel de los partidos como pilares del sistema. “Es necesario recuperar el liderazgo de los políticos, porque la sociedad y las empresas les están dando la espalda”, señaló el periodista, que fue presentado por la filósofa Adela Cortina, directora de la fundación Étnor.

"Estamos pasando una crisis de valores democráticos debido a la globalización económica y a la crisis financiera de 2008, que ha generado un aumento de los populismos y un descrédito de la democracia representativa”, señaló. Al Igual que sucedió con la imprenta, Internet ha supuesto un cambio en la civilización, un gran avance que también ha posibilitado el surgimiento de la postverdad. “La formación de la opinión pública es básica en la democracia. Pero actualmente, debido a Internet, está totalmente desnortada, no sabemos cómo se forma”. En este sentido, Cebrián consideró que “si no hay un sistema de formación de la opinión creíble, entonces las elecciones no son creíbles”. Todo ello hace que “haya una tendencia hacia el autoritarismo y totalitarismo en Europa, pero también fuera de ella”.

Para el expresidente del Grupo PRISA, es necesario un respeto a la ley: “Ninguna democracia está por encima de la ley. Para que la democracia funcione es crucial la independencia de la justicia y el respeto del Estado de derecho”. Respecto a la economía y el futuro del capitalismo, Cebrián señaló que “la globalización ha sido básicamente financiera. Los gobiernos son incapaces de reglamentar a los mercados y lo que está pasando es al revés, que los mercados reglamentan a los gobiernos. Para invertirlo es necesario un gobierno fuerte”. A ello se une el surgimiento de la inteligencia artificial e Internet, que dificultan la reglamentación. “Este es un desafío formidable, donde Asia lleva la delantera, mientras Europa no existe en un mundo tecnológico”. Para Cebrián, actualmente “los gobiernos no son tan importantes frente a las empresas, los trabajadores y la sociedad civil. Pero el futuro de la democracia depende de los políticos y de los partidos. El descrédito de la clase política no es un problema exclusivo español, pero es necesario hacer algo si queremos que la política recupere su liderazgo en favor de la democracia”.

Cebrián coincidió con la idea expuesta con anterioridad por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de que la democracia y la libertad "siempre están en peligro, si no se las defiende”. Puig abundó en que la desigualdad en el seno de la sociedad es el principal riesgo para la democracia porque alienta a los fenómenos populistas. “La desigualdad es lo que pone en riesgo la democracia y es lo que alienta a los fenómenos populistas. Comprender por qué se produce la desigualdad y cómo corregirla es lo que debemos hacer los gobernantes por una cuestión de justicia social y para rescatar personas, que no se sientan al margen, y fortalecer la cohesión”. En su opinión, “la política debe estar siempre asociada a la ética, eso significa administrar desde el respeto y desde el diálogo, porque sin diálogo no hay democracia”.

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La clausura del XXVIII del seminario de la Fundación Étnor, celebrada en el auditorio del Botánic de la Universitat de València, contó también con la presencia de la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, el presidente de la Fundación Étnor, Enrique Belenguer, además de los señalados.

Sobre la firma

F. B.
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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