La Santa Faz, de romería y pactos electorales
Ximo Puig, Enric Morera o Isabel Bonig, entre los participantes de una peregrinación que ha reunido a unas 300.000 personas
La romería a la Santa Faz es la fiesta con la que los alicantinos traspasan, tradicionalmente, el umbral del invierno hacia el buen tiempo. El capricho del calendario, además, ha querido que este año, esta peregrinación, que se celebra el primer jueves después de Pascua, sirva de bisagra entre dos procesos electorales. La fiesta, de origen religioso, pero también con un fuerte componente lúdico, se ha convertido en esta ocasión en un encuentro político en el que cada gesto parecía querer contar algo. Una afinidad, a la hora de futuros pactos, o un desencuentro, para todo lo contrario.
A los 300.000 alicantinos que, según el Ayuntamiento, han participado en esta caminata de ocho kilómetros entre la concatedral de San Nicolás y el Monasterio de la Santa Faz, se han unido los mayores activos autonómicos de los principales partidos, conscientes de que la romería alicantina es un escaparate de primera magnitud. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha sumado a la Peregrina, que parte a las 8 en punto de la mañana, con la mirada puesta en acuerdos “lo más estables posible”, tanto en Madrid como en Valencia. “Un Gobierno cómplice en Madrid es fundamental para la Comunidad Valenciana”, ha advertido. El jefe del Consell ha recorrido el itinerario fijado y, antes de la celebración de la misa, ha vuelto a la capital autonómica.
Tampoco ha entrado en el camarín en el que, según la tradición, se custodia uno de los pliegues del paño con el que la Verónica secó el rostro de Jesucristo durante su camino al Calvario, el presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera, quien defiende un Botànic II “que continúe solucionando los problemas de los valencianos”. Con su puesto en el aire, ya que podría repetir al frente del parlamento autonómico o bien formar parte del Consell presidido por Puig, Morera ha señalado que está “a lo que diga” su partido y augura tiempos difíciles en las Cortes. “Habrá más grupos parlamentarios y, por tanto, más pluralidad”, ha dicho, por lo que opina que “se necesita una persona con conocimiento de lo que supone una buena y eficaz gestión de la vida parlamentaria”.
Atentos a los futuros pactos entre rivales han estado los principales líderes autonómicos y locales del Partido Popular, que también han acompañado desde el inicio la comitiva que preside el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui. Tanto el diputado electo por Alicante y presidente de la Diputación, César Sánchez, como la presidenta regional del PPCV, Isabel Bonig, han coincidido tras la celebración de los oficios religiosos que el resultado de las elecciones generales “no ha sido bueno” para su formación. Por este motivo, Bonig se ha puesto dos objetivos de cara a los próximos comicios municipales. El primero, blindar las diputaciones de Castellón y Alicante y lograr el mando de la de Valencia. Y el segundo, “trabajar para recuperar a los votantes que se han ido tanto al centro derecha como al centro izquierda”. Una “fragmentación” del voto que, a juicio de Sánchez, “se va a reconducir” con la unión sin fisuras en torno a las figuras de Pablo Casado y Bonig.
La líder popular ha pedido a la Santa Faz “fortaleza y serenidad” para que su partido afronte “lo que la vida nos va trayendo”, incluida la “mochila complicada” que, ha señalado, ha recibido como herencia de legislaturas anteriores. Y lo mismo ha pedido para Puig, “para que no se entregue a manos de los radicales”, tanto “nacionalistas” como “comunistas”.
Fuera del ámbito político, la romería, que comenzó como rogativa en tiempo de sequía extrema hace 530 años, se ha celebrado con un tiempo espléndido que ha alimentado la participación ciudadana. Era la primera romería, además, en la que han estado presentes las diez clarisas que sustituyeron a las tres que custodiaban la reliquia, que se marcharon tras un proceso de “organización interna” de la congregación, mermada por la crisis vocacional. La visita al paño de la Verónica es la causa seminal de la romería, en la que los puestos de feria, la cerámica local y los dulces como los caramelos, el turrón de novia (palomitas de maíz con miel) y la caña de azúcar protagonizan el aspecto más lúdico y familiar del evento.
Uno de los elementos que sí han desaparecido, tras las campañas lanzadas desde el Ayuntamiento, es la ingesta de alcohol entre los jóvenes, que en su mayor parte aprovechan la ocasión para acercarse a las playas de San Juan o de la Albufereta, tras completar el recorrido. Según ha explicado el Alcalde, Luis Barcala (PP), este año solo se han requisado durante la Peregrina “cien litros de alcohol”, una cantidad muy pequeña que, en su opinión, muestra el éxito de la iniciativa. Por otra parte, se han levantado 60 actas sancionadoras, entre ellas, el decomiso de “un carrito de supermercado cargado con 50 bocadillos de mortadela para su venta ilegal”, ha avanzado Barcala. Finalmente, se han registrado seis incidencias sanitarias leves y dos graves: dos varones, de 51 y 71 años, han tenido que ser trasladados al hospital tras sufrir sendos infartos.
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