Fomento del Trabajo y Pimec sellan la paz

Josep Sánchez Llibre y Josep González escenificarán mañana viernes con una fotografía conjunta la paz institucional entre ambas instituciones. Las cúpulas directivas de Fomento del Trabajo y Pimec ratificaron ayer el preacuerdo que permite poner fin a la pugna entre las dos principales patronales catalanas para repartirse la representatividad institucional. El pacto llega tras una década de desavenencias, un crisis que ha pasado por las oficinas de los distintos departamentos de la Generalitat e incluso por los tribunales.

El preacuerdo alcanzado por ambas instituciones supone un avance de la representatividad de Pimec durante sus diez años de vigencia, aunque la representación de la patronal de pequeñas y medianas empresas no alcanzará el 50% al que aspiraba. Se quedará en el 45%, un incremento considerable respecto al 25% actual. Por su parte, Fomento (que contaba con un 75% de la representación si se incluye el 15% de su paraguas de pymes Fepime) reducirá su peso hasta el 55%, pese a reivindicar que representaba el 70% del PIB catalán, teniendo en cuenta la facturación de sus asociadas. 

"Con este acuerdo, Fomento del Trabajo y Pimec mantendrán la unidad de acción institucional en todos los órganos de representación en los que participan y la representación se considerará paritaria a todos los efectos, garantizando un nombre igual de representantes en ambas organizaciones", afirmaron ambas patronales. El reparto también afecta a los dos millones de euros que se reparten ambas instituciones empresariales procedentes de la Generalitat.

El acuerdo llega en el último momento, cuando la Generalitat les había instado a aportar datos sobre su representatividad para acabar de decidir el peso de cada una de las patronales. Fomento del Trabajo pretendía que se tuviera en cuenta tanto el número de trabajadores como la facturación de las compañías asociadas a cada una de las dos patronales para decidir esa representatividad.

En la fotografía del acuerdo también contará con la presencia del consejero de Trabajo, Chakir el Homrani, quien tenía sobre su mesa el conflicto entre ambas organizaciones.