‘Influencers’ de barrio
Aquí también hay vida y, a veces, milagros
Todo comenzó con un Monopoly y no con una partida, precisamente, sino con el sueño de un pueblo de tener una casilla en el conocido juego de mesa. Y lo lograron. Nada menos que 346.983 votos tuvieron la culpa de que Alcorcón consiguiera sumarse a la lista de grandes ciudades que componen ese tablero. Pero detrás de la victoria no solo estuvieron el arranque y el amor al municipio de sus habitantes, también hubo personas que decidieron tomarse en serio el reto y movilizar a la gente para que votaran: Jorge Baquero, @baquerator en Twitter, o @Hardcorcon, que prefiere mantener su identidad oculta, fueron dos de ellos. Recientemente, han recibido un premio que la Asociación de Empresarios y Profesionales de la localidad (AEPA) ha entregado a varios héroes anónimos, por eso y por estar al filo de la noticia.
Si bien es cierto que la prensa de proximidad realiza una labor encomiable de recopilación de datos, gestión de la documentación y visibilización de la actualidad política y cultural de aquello que no es más cercano, los influencers barrionalistas o barrinfluencers son una categoría de comunicadores, quizá no muy conocida, de la que merece la pena hablar. En esta era curiosa, de estar enganchadas al teléfono, resulta importantísimo el trabajo voluntario que hacen, porque vehiculan información de interés general, quejas vecinales, favorecen la interlocución con los ayuntamientos y quienes los gobiernan, avisan y comparten si se ha perdido una mascota, cuentan en riguroso directo el resultado del partido del equipo local, indican dónde sirven tapas grandes y gratis o qué áreas es preferible evitar por accidentes u obras. Y todo con total inmediatez. Servicio público en estado puro.
Al preguntar a los dos tuitstar por qué han decidido ceder su tiempo a esta misión, Hardcorcon señala que le gusta la posibilidad de ser un punto de encuentro útil; Jorge Baquero, por su parte, comenzó apoyando campañas preexistentes como la de #detectoresya, a favor del uso de dispositivos antiincendios en las viviendas, pero también lo vio como una vía excelente para iniciar cruzadas personales, a las que después se unieron más personas, como la relativa al uso del cinturón de seguridad obligatorio en los autobuses que nos llevan hasta la capital.
Pese a que ambos reconocen que las redes son una herramienta muy útil, Hardcorcón advierte del peligro de acomodarse y denunciar desde casa. “A la hora de la verdad, no salimos a la calle a protestar, ya que pensamos que con dejarlo patente en redes es suficiente, pero no lo es”.
En los medios de comunicación grandes nos suelen hablar de cosas que están lejos. EEUU está lejos; España está lejos; incluso, Madrid está lejos o no, ahora bien, no es el barrio. Nos informan acerca de tornados de los cuales no nos llega ni tan siquiera la brisa y son importantes, claro, sin embargo, no sabemos nada de lo que sucede en la calle de al lado. La periferia solo tiene derecho a salir cuando se ha producido una desgracia o si hacemos algo absolutamente excepcional, si no, parecemos no ser ni estar y, no obstante, aquí también hay vida y, a veces, milagros.
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