“Siempre llevo uno que termine en 13”

Benito Fernández reconoce que todos los años lleva cuatro o cinco décimos para el Gordo. “También suelo llevar algunas participaciones con familiares y algunos amigos”, asegura mientras guarda en su cartera el décimo que acaba de comprar en la céntrica administración sevillana El Gato Negro. “Este es el cuarto número de este año”, señala antes de reconocer que, hasta ahora, se ha tenido que conformar con alguna que otra pedrea. “Quién sabe, quizás este año que me he jubilado me lleve otra sorpresa”, bromea.

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Los andaluces se gastan de media 51,48 euros en décimos para el sorteo del 22 de diciembre, según los datos de Loterias y Apuestas del Estado. Los granadinos son los que más números compran (69,35 euros) y los onubenses, los que menos (31,37 euros). “Siempre llevo uno que termine en 13, ahora está hasta de moda, pero yo llevo muchos años jugándolo”, dice Fernández. “Hay quienes vienen con un número claro, con una fecha señalada, quienes te piden que los eligas tú... Otros muchos vienen buscando ese número que han soñado, estos son muchos más de los que se piensa. Este año, por ejemplo, vino una mujer por un número con el que no paraba de soñar y, a los pocos días, también lo compró su cuñado”, afirma el responsable de la administración La Torre del Oro de Sevilla, Juan Carlos González, quien apunta que ha notado una subida de las ventas este año de entre un 5 y un 7%. “A la hora de elegir número hay muchas manías y supersticiones”, asegura el administrador.

Jesús Caballero también acaba de comprar un décimo en El Gato Negro. “Me gustan los números en los que no se repiten dígitos, esa podría ser mi manía. También los que acaban en cuatro”, asegura este onubense. “Vengo mucho a Sevilla por trabajo y, normalmente, siempre llevo un décimo de aquí y otro de mi hermandad. No más”, explica antes de señalar que si le tocara El Gordo se lo gastaría en pagar “la maldita hipoteca”. “Es lo que dice todo el mundo, pero eso haría”, explica.

Benito Fernández también tiene claro en que invertiría el dinero del premio: “Buscaría un pisito, aunque fuese pequeño, en Conil o en Chipiona”. Quien ni aún lo ha pensado es Mari Paz Herrera. “Me pegaría un viaje con mis padres y otro con mis amigos, así de primeras, pero no sé que más haría. Que me toque y seguro que se me ocurren muchas más cosas”, afirma esta opositora, quien se ha llevado un número terminado en 53. “No sabía cuál elegir y como ese es el año en el que nació mi padre, pues ese mismo. Al fin y al cabo, todos están en el bombo”, asegura.