Los hurtos en Barcelona suben un 22% frente a la caída en el resto de grandes ciudades
El mismo tipo de delitos cayó en Madrid un 2%, en Sevilla un 12%, y en Valencia un 2%
Barcelona sufre un problema de inseguridad. Las denuncias presentadas ante los Mossos y la Guardia Urbana en lo que va de año han aumentando un 19%, con los hurtos como protagonistas. La tendencia se aleja mucho del conjunto de España, donde, según los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior, con cifras hasta junio, la delincuencia solo creció un 2,7%. En las grandes capitales, los delitos se han estancado o han caído: en Madrid subieron un 1% mientras disminuyeron en Valencia (0,2% menos), Sevilla (4,7%) y Zaragoza (4,2%).
Los partidos de la oposición critican a Ada Colau en la recta final de su mandato como alcaldesa de Barcelona por su supuesta permisividad con la delincuencia. Los datos aportados este lunes por los Mossos y la Guardia Urbana constatan que entre enero y agosto de 2017 se cometieron un total de 123.013 delitos en la capital catalana, mientras que en el mismo periodo de este año fueron 146.447. Esa tendencia al alza se refleja también en las cifras recogidas por el Ministerio del Interior, que aúnan los datos de todas las fuerzas de seguridad del Estado. El último balance de criminalidad, que recoge la estadística relativa a los dos primeros trimestres del año (un periodo inferior al de los datos facilitados por los Mossos) los delitos en la ciudad de Barcelona aumentaron un 20,5% y, en el caso específico de los hurtos, lo hicieron un 22,7%.
Los Mossos, con plenas competencias en seguridad ciudadana, han denunciado la falta de más de un millar de agentes —17.000 frente a unas necesidades de 18.000—. Los sindicatos de policía y las asociaciones de la Guardia Civil también vienen quejándose de un déficit histórico en el despliegue en Cataluña —unos 1.500 agentes entre policías y guardias—. Fuentes de los tres cuerpos han señalado en los últimos tiempos se ha dado un "descuido de la delincuencia" por la concentración de agentes —incluidos los refuerzos recientemente enviados— a cuenta del procés y la amenaza yihadista.
En paralelo, la encuesta de victimización del Ayuntamiento de Barcelona, también presentada este lunes, presenta uno de los peores datos: el 25,6% de los vecinos asegura haber sido víctima de uno o más delitos durante el último año, ratio que solo se había superado en 1986 (26,2%), cuando arreciaba la epidemia social de la heroína. Los hechos más relatados son el robo del bolsos y móviles, las amenazas y las estafas. El distrito de Ciutat Vella —el casco antiguo— es el que sale peor parado: un 36,6% de sus residentes dicen que han sufrido un delito allí.
Los datos de los Mossos revelan que solo en la capital barcelonesa se comete el 39% del conjunto de delitos registrados en toda Cataluña.
Los hurtos que se cometen en Barcelona suponen casi el 55% de los que se denuncian en toda Cataluña y han aumentado de forma especial en el interior de establecimientos comerciales, restaurantes y en el metro.
Con estas cifras sobre la mesa se reunió este lunes la Junta Local de Seguridad, órgano en el que se sientan junto a la alcaldesa, representantes del Ayuntamiento, la Generalitat, los diversos cuerpos policiales y la justicia. Colau aporvechó la cota para criticar la pasividad de la Generalitat en una situación excepcional. En julio, la regidora y el consejero de Interior, Miquel Buch, debatieron sobre la proliferación de los narcopisos, la impunidad de los hurtos y la venta ambulante. Colau pidió ya entonces más mossos. Buch respondió que no iba a aumentar el número de agentes autonómicos que patrullan por Barcelona, pero garantizó que la seguridad quedaría cubierta.
Protestas vecinales
No fue así. En verano, aumentaron las protestas vecinales que pedían seguridad en las calles. La oposición a Colau atacó con ese asunto, y la alcaldesa forzó, a mediados de septiembre, una nueva cita con Buch en la que exigió más agentes y lanzó un mensaje de socorro sobre el día a día en Ciutat Vella. La regidora recriminó que la investigación del narcotráfico y de las bandas que campaban por la ciudad dedicándose a hurtar eran competencia de los Mossos. Buch volvió a negar: "La solución de los narcopisos no pasa por tener más mossos en la calle".
En la junta de este lunes, Colau destacó que el Ayuntamiento ha invertido 12 millones en horas extra de policías locales. Y, aunque no puede incrementar el número de agentes de los Mossos si no se convocan oposiciones, anunció que se reorganizará la plantilla a partir del 1 de noviembre para incrementar la presencia uniformada en puntos sensibles como Ciutat Vella. En Barcelona están desplegados unos 2.400 agentes de la policía catalana.
La consejería de Interior ha insistido en la necesidad de avanzar en la coordinación entre la Guardia Urbana y los Mossos con el horizonte de crear una "policía de Cataluña".
Una tendencia contraria en el resto de España
Pese a que las estadísticas son el gran caballo de batalla de las policías, porque nadie en las fuerzas de seguridad quiere que le reprochen un incremento de los índices de delincuencia, la tendencia de Cataluña y, concretamente de la ciudad de Barcelona, es contraria a la del resto de España. El dato de la Comunidad de Madrid es elocuente, porque allí bajaron los hurtos un 2,5% en el primer semestre del año.
En la isla de Ibiza, por ejemplo, una zona turística por excelencia, los hurtos también descendieron de los 2.072 registrados en el primer semestre de 2017 a 1.524 contabilizados en el mismo periodo de este año. Es decir, bajaron un 26,4%, siempre según los datos del último balance de criminalidad del Ministerio del Interior.
En Sevilla, otro de los grandes centros turísticos de España, con millones de visitantes al año, se redujeron ese tipo de delitos un 12,2% —el mismo porcentaje que en Zaragoza— mientras el conjunto de la delincuencia cayó un 4,7%. En Valencia, los hurtos disminuyeron un 2,3% y los delitos en general un 0,2%.
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