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La preparación de las elecciones de 2019 fractura al PP

El ascenso de próximos a Casado y el estancamiento de los cercanos a Garrido provoca tensiones

Juan José Mateo
Juan Carlos Vera, Pío García Escudero y Ángel Garrido, en la Ejecutiva del PP.
Juan Carlos Vera, Pío García Escudero y Ángel Garrido, en la Ejecutiva del PP. Europa Press

La renovación de la Ejecutiva regional del PP ha provocado una fractura interna que dificulta la unidad del partido a menos de un año de las elecciones de 2019. El ascenso de personas próximas al presidente nacional, Pablo Casado, y el estancamiento de los políticos cercanos a líder regional, Ángel Garrido, ha sido interpretado por un sector del partido en clave ideológica: la formación conservadora giraría hacia la derecha, alejándose del centro que representó la dimitida Cristina Cifuentes. Fuentes de la dirección regional y de la nacional niegan cualquier tensión y ven normales los cambios.

Todo estalla el lunes por la noche. David Erguido, íntimo amigo de Casado desde los tiempos de nuevas generaciones, le sustituye al frente del comité electoral del PP de Madrid, garantizando que el líder nacional mantenga el control de las listas. Ángel Carromero, con el que también compartió paso por las juventudes Casado, llega al puesto de secretario de coordinación con el grupo municipal. Y Susana Pérez Quislant, su gran valedora en Madrid durante las durísimas primarias internas, es premiada con un puesto en el consejo de alcaldes. En paralelo, los dirigentes más jóvenes del PP y los más vinculados a Génova colonizan puestos intermedios y recuperan a algunos de los políticos más conservadores del PP, como Luis Peral, exdiputado provida. Los hombres fuertes del Gobierno regional, que pilotaron el traumático proceso de sustitución de Cristina Cifuentes, se quedan en fuera de juego. En consecuencia, Garrido, que se ha distinguido por sus muestras de lealtad a Casado, sorprende al partido con un comentario que pone al PP frente al espejo: o giro a la derecha, o vuelta al centro, viene a decir.

"Yo habría puesto otros nombres, seguramente", dice el martes el presidente regional, sin mencionar a nadie en concreto. Y el miércoles, añade: "Lo dije y lo repito. Hubiera tomado otras decisiones. Creo que el PP es un partido que siempre ha sido fuerte por la unidad, que siempre ha sido fuerte por contar con todos, y que es un partido que gana las elecciones cuando dirige su mirada al centro político, y eso es lo que tenemos que hacer. Con eso es seguro que ganaremos las próximas elecciones en Madrid, sea quien sea el candidato. Debemos dirigir nuestra mirada al centro político, porque ese es el espacio en el que se ganan las elecciones. Ese es el espacio".

Esa intervención provoca reacciones oficiosas y oficiales. Las primeras muestran el desconcierto interno. Las segundas intentan contenerlo de puertas afuera.

"El movimiento de Ángel no se ha entendido: son ganas de quemarse a lo bonzo en plaza pública en el momento en el que estamos", lamenta un compañero de partido que pide el anonimato. "Es verdad que los cambios de la Ejecutiva, en cierta manera, menoscaban su autoridad", reconoce. "El presidente de la Comunidad ya no manda en el partido, como estábamos acostumbrados. Aguirre y Cifuentes hacían lo que querían. Ya no es así. Y él se lo ha tomado a la tremenda", continúa. Y remata con un dardo sobre el difícil futuro que tienen Garrido y el portavoz capitalino, José Luis Martínez Almeida, como candidatos en 2019: "El PP necesita un golpe de efecto. Nadie duda de que aquí hay que mandar a alguien nuevo. Hay que mandar un mensaje en Madrid".

"Se ha puesto de moda decir que el PP gira a la derecha pero el PP siempre ha estado en el centro político, en el centroderecha, y ha sido el partido referencia de Madrid en las últimas dos décadas, con políticas liberales que nos han dado grandes resultados", replica la portavoz autonómica, Isabel Díaz Ayuso. "Reafirmarte en tus postulados no te convierte en alguien más radical, sino en un referente", prosigue. "No hemos dado ningún giro ideológico, sino una batalla de comunicación diferente".

Las dudas atenazan al PP. Huérfano de referentes en la región, porque no se han anunciado los nombres de los candidatos, los políticos del partido se desviven en quinielas sobre posibles aspirantes: el alcalde de Boadilla, Antonio González Terol; el vicesecretario de organización, Javier Maroto; o distintos exministros. Mientras, crece la tensión y se fractura la histórica unidad del partido que gobierna la región desde 1995.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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